EL TERCER TIEMPO
Viajar para ver al Rayo Vallecano, no importa dónde, no importa cuando. La afición franjirroja se pega palizas literales para ver los colores de la franja. Meritazo el suyo. En Pamplona también estuvieron, y eso que el partido se disputó un viernes por la noche, con un temporal de nieve y frío azotando el norte de España.
Por y para la afición
Nosotros también estuvimos allí, informando y contando todo lo que envolvía este encuentro entre Osasuna y Rayo Vallecano. Viajar como periodista para cubrir los partidos del Rayo es distinto de hacerlo como aficionado, pero al fin y al cabo, ambos convergemos en un mismo punto: la pasión por la franja.
El encuentro ante Osasuna tenía muchos alicientes para verlo desde casa. La distancia, 400 kilómetros para llegar a El Sadar; el temporal, con la nieve, lluvia y frío cayendo sin cesar en la zona Norte peninsular; el día, viernes, laborable, hacía que muchos no tuvieran tiempo de llegar a Pamplona; la televisión, porque el Osasuna-Rayo fue televisado en abierto; partido de mitad de Liga, ya que no era un encuentro a vida o muerte, una eliminatoria o algo similar. Todo ello hace que más de uno se pensara el viajar a Pamplona, a pesar de que es un partido muy apetecible.
Los que estuvimos en Navarra pudimos ver que la afición no falla, y nos hace ver que nunca fallará. Como tampoco fallamos los que queremos contar y transmitir todo lo que envuelve a la franja. Viajamos a Pamplona, con la incertidumbre de la nieve, de una posible suspensión, pero con la pasión de transmitir lo que allí estaba pasando. Esa es una de las metas del periodismo: contar lo que sucede para aquellos que no están, ser los ojos de esos que no tienen la posibilidad de verlo con los suyos propios. Ese es el fin de Unión Rayo, y esa es la meta del periodismo. Allí estuvimos, desafiando la nieve, la distancia y el frío, para contar. Parafraseando al gran Kapuscinski, “el trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz, para que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse”. Esa es la meta que perseguimos (no pisar cucarachas, entiéndaseme, sino mostrar la luz).