Ramón Rivas (@RamonRivasVS)/@LGV11010
Desde que ascendiera a la categoría de plata tras una infartante tanda de penaltis bajo el intenso sol de una tarde gaditana, allá por el verano de 2012, el Lugo atraviesa el que sin duda es el mejor momento de su historia.
Pero si por algo será recordado su periplo por la Segunda División, más allá del atractivo juego de posición que intentó (y consiguió, en muchas ocasiones) implantar bajo la batuta de QuiqueSetién, será por dar disgustos en las últimas jornadas a equipos que, siempre sobre el papel, se jugaban mucho más que el Lugo.
Con el recuerdo de Girona en la mente
Aunque siempre será recordado aquel gol postrero de Pablo Caballero en Montilivi que tiró al traste con las aspiraciones del Girona y otorgó el ascenso al Sporting, Mirandés y Ponferradina (dos equipos cercanos y similares al Lugo, con los que además hay buenas relaciones) pueden dar buena cuenta de cómo se las gastan los de la ciudad amurallada cuando todo el pescado parece estar vendido.
Para quien no haya visto el partido frente al Huesca, y atendiendo únicamente al resultado, podría parecer que todo lo anteriormente relatado forma parte del pasado y que las aspiraciones competitivas del Lugo en este curso han pasado a mejor vida, pero nada más lejos de la realidad.
Desde el empate a un gol en casa frente al descendido Lorca, donde el equipo mostró una pobre imagen e incluso se escucharon pitos en las gradas, tanto el cuerpo técnico como la plantilla se propusieron dar un vuelco a la situación, y vaya si lo han logrado. A los meritorios empates en el Sadar y el Reino de León, ante dos equipos que prácticamente se estaban jugando sus opciones de toda la temporada, hay que sumar una solvente victoria en casa ante el Sevilla Atlético.
En la derrota con el Huesca, si bien es cierto que los de Rubi se mostraron mucho más poderosos en ambas áreas, los albivermellos tiraron de corazón y fútbol para someter por momentos a un cuadro oscense que se sirvió de la falta de puntería de los de Francisco para obtener un resultado que parece mucho más plácido de lo que la realidad observada durante los 90 minutos del choque nos llevaría a pensar.
El récord histórico de puntos del equipo en la categoría, que está a tiro de una victoria, unido a la comparecencia de algunos futbolistas que no fueron demasiado habituales a lo largo del año y que buscan ganarse un puesto de cara a la próxima temporada se presentan como los principales avales competitivos de un Lugo que no se dejará caer en la lona con facilidad.
Un once con dudas
Por último, en cuanto al esquema que empleará el técnico almeriense, existen razonables dudas. La formación de tres centrales y dos carrileros, con Carlos Pita como hombre libre asumiendo mucha responsabilidad a la hora de sacar el balón, se vio trastocada este lunes por la sanción del ‘5’, y sin embargo el equipo no se comportó excesivamente mal en su vuelta a la defensa de cuatro.
Pero atendiendo a los planes de Francisco, que seguramente planteará un partido para quitarle el balón al Rayo el mayor tiempo posible, mi apuesta personal es que Pita regresará al eje de la zaga, acompañado por José Carlos a su izquierda y Luis Muñoz, Josete o incluso Bernardo a su derecha. Por lo demás, también se prevé la titularidad de Dani Escriche, delantero del filial que es todo pundonor y que está causando una gran impresión en este tramo final de la temporada.