Como diría Juanvi: “Dios aprieta, pero no ahoga”
Hoy os traemos la andadura del Rayo Vallecano B en el grupo séptimo de Tercera División en la temporada 2016-2017. Un equipo dirigido por uno de los mejores formadores del fútbol español, Juanvi Peinado, y que contaba con jugadores de la talla de Pablo Clavería, Akieme, Joni, Kike e incluso Fran Beltrán.
Generación de jóvenes talentos
Antes de comenzar la temporada, el filial franjirrojo tenía marcado un objetivo muy distinto al que acabó siendo. Y es que nos encontrábamos ante una de las mejores generaciones que ha pasado por el Rayo B. A los chicos del doblete, que lograron la Copa del Rey y la División de Honor, se les unían otros jóvenes talentos que venían desde atrás pisando fuerte.
En la portería se encontraban dos baluartes, a la experiencia de Alberto Chino se unía la juventud de Lucho, tercer portero del primer equipo. Los laterales se encontraban ocupados por Espinosa y Akieme, además de Del Valle y un reconvertido Rubén Bas. En el centro de la defensa Nico, Poblete, Moha, dejaban claro que nos encontrábamos ante una defensa de lujo. En el medio, un artista como Kike, un líder como Pablo Clavería,y una grata sorpresa como Fran Beltrán al que le hubiera gustado ayudar mucho más al filial, eran los dueños de esa zona.
Pero el peligro del Rayo B se encontraba arriba, donde jugadores de la talla de Ontiveros, Juancho, Joni, Raúl, Villacañas, serían los encargados de dar las victorias al filial. Además a esto se le unía un gran cuerpo técnico con Juanvi Peinado al mando, que buscaría ya no solo el éxito deportivo, sino la mejora individual y colectiva de cada jugador, con el compromiso de poder contar con alguno de ellos en un futuro para el primer equipo.
El barro de la Tercera madrileña
Pero la Tercera División es muy diferente a todo lo que han vivido estos jóvenes talentos. Además de ser una de las terceras más igualadas de todos los tiempos, nos encontrábamos ante una liga marcada por equipos veteranos y rocosos, que no pondrían las cosas sencillas al filial.
Y así lo notaron los primeros partidos de liga, en los que tuvieron una participación muy irregular con victorias importantes como el 4-0 frente al Leganés B, pero con derrotas muy dolorosas como el 3-0 frente a un Parla que luego acabaría último en la liga, o el 1-4 recibido por el Getafe en la Ciudad Deportiva. También hubo partidos para madurar, como el día de Móstoles, cuando el equipo vencía por 1-3, pero acabó perdiendo 4-3 en los últimos minutos. Esto tocó la moral de unos jugadores, que aunque estuvieran la mayor parte de la temporada heridos de muerte, nunca se rindieron y lograron salvarse.
Pero si hay algo que debemos admirar de este equipo, y de su cuerpo técnico, es que nunca han perdido su estilo, el estilo de un Rayo al que le gusta tener el balón, ser protagonista. El Rayo B acabó la primera vuelta con 20 puntos, muy por debajo de lo que esperaban, pero esto no hizo más que hacer más fuertes a un equipo marcado por la mala suerte. Uno de los datos más característicos de este primera vuelta es que el Rayo Vallecano acabó siendo el equipo más goleador de la competición.
Revolución en enero
Con la llegada del mercado estival, el Rayo pudo mejorar aquellos puntos flojos que tenían. Del Toledo llegó cedido Zarko Grbovic para apuntalar más las bandas rayistas. Pero si hay dos fichajes que marcaron el devenir del equipo fueron los de Chica, procedente del Fuenlabrada, y Dani Ramos que llegaba del ‘Sanse’. Ambos centrales se hicieron con un puesto fijo en el centro de la defensa, creando una de las parejas más solventes en ese puesto.
A la llegada de estos fichajes, se unió la aparición de un jovencísimo y prometedor Jean Jules, que procedente del Juvenil A se fue haciendo un hueco poco a poco, apartando de las alineaciones a Kike, y formando un gran mediocampo con Clavería. Pero no solo hubo llegadas en el mercado, sino que también jugadores como Cañas que se marchó al Parla, o Iván Bueno que dejó el filial para incorporarse a las filas del Móstoles.
Tras acabar el año endosando un 4-0 al Aravaca, y perder el último partido de la primera vuelta, el filial comenzó con la mismas irregularidades. Dos derrotas en los tres primeros partidos dejaban un sabor de boca amargo, hasta que llegó el Atlético de Madrid a la Ciudad Deportiva. La victoria por 3-0 frente al que hasta el momento era el líder de la categoría, no solo daba un poco de aire al equipo, sino que además la manera en la que se consiguió esa victoria, jugando al fútbol de manera magistral, hizo ver al equipo del potencial que tenían, y que eran capaces de ganar a cualquier rival.
Tras esta victoria, se logró a la siguiente jornada vencer por 0-1 al Trival Valderas, lo que hacía lograr al equipo de Juanvi Peinado dos victorias seguidas tras casi tres años sin conseguirlo, cuando aún militaba en Segunda División B. Poco después, y tras tres derrotas seguidas, el Rayo mejoró aún más y consiguió tres victorias seguidas sin cosechar ningún gol, frente San Fernando, Getafe B e Inter de Madrid. A esto se le unían tres empates seguidos, que hacían lograr al filial franjirrojo su sexto partido sin conocer la derrota.
Pero como dijimos al principio, nos encontrábamos ante una de las Terceras más igualadas de los últimos años, en donde el último de la liga era capaz de ganar al primero. Esto hizo que la salvación estuviera mucho más cara que otros años, y por ello el Rayo no pudo dejar de sufrir hasta el último encuentro, en donde un empate con el Pinto le permitió mantenerse un año más en Tercera División.
Los mejores de la temporada
A la hora de destacar jugadores de este gran plantel lo tendría bastante complicado. La temporada de Chino tan buena como irregular en fases de la liga en los que no pudo participar le hacen ganarse mis respetos, pero no solo por todo lo que consigue dentro del terreno de juego, sino por su manera de comportarse fuera de él, ayudando siempre al equipo y pensando por ellos y por el Rayo antes que por él.
En la defensa habría que destacar el compromiso de Espinosa, capitán en algún tramo de la liga, o la llegada de los dos centrales, Chica y Ramos, que ayudaron bastante a las bases del equipo. De Akieme no hablo debido a que no creo que sea necesario, todos sabemos de su gran potencial, su rayismo y su trabajo, espectacular lo del lateral izquierdo.
En el medio hay que destacar la calidad de Kike que logró 2 goles en liga, la potencia del camerunés Jean Jules, que rápidamente se volvió fijo en el once del Juanvi, y la maestría, la fuerza, la calidad, el liderazgo, el gol (8 goles en liga siendo el segundo máximo goleador del equipo) de Pablo Clavería. Aprovecho para pedir la renovación de este jugador que tanto ha dado por el Rayo, y que tanto le queda por dar.
En las bandas jugadores como Raúl que logró 5 goles o Villacañas, que con no muchas participaciones, consiguió 7 tantos en liga fueron muy positivas para el equipo. En la mediapunta destacaría a Joni, tras un año no tan positivo como el anterior, sin participaciones en el primer equipo y con bastante irregularidad con el filial, el vallecano apareció cuando más lo necesitaba el Rayo y demostró la calidad que tiene en sus botas, logrando 6 tantos en toda la liga.
En la punta de ataque, el filial contaba con dos grandísimos jugadores. Juancho, ya conocido por la afición vallecana como uno de los héroes del doblete, logró 7 tantos en liga, pero sobretodo destaca su trabajo con el equipo y su polivalencia para todas las zonas de ataque. El otro es Ontiveros, que en su primer año en el Rayo B ha conseguido ser el máximo goleador del equipo con 12 tantos. Criticado muchas veces, y querido otras tantas, el jovencísimo delantero ha demostrado que a trabajo pocos le ganan.
El mister y capitán del barco
No quería terminar este repaso al Rayo B sin hacer mención especial a Juanvi Peinado. En una temporada en la que los palos han sido mayores que los halagos, y en lo que lo fácil hubiera sido cambiar el estilo y adaptarte al de los rivales, este entrenador/formador ha conseguido que jugando al fútbol muy bien, y sin perder la esencia rayista, el equipo haya logrado el objetivo.
Pero no solo quiero destacar esto de Juanvi, también me gustaría destacar la tranquilidad que ha transmitido a lo largo de la temporada cuando las cosas no iban nada bien, consciente de su crítica situación, pero sin dejar de confiar en sus chicos, y es que contaba con un equipo como para desconfiar.
Además, si preguntas a cualquiera de los jugadores del equipo, hayan jugado más o menos, todos te destacan que Juanvi es como un padre para ellos, en el que pueden confiar, alguien que les da consejo sobre todo, y alguien del que hay mucho que aprender. Tenemos la suerte de contar con él en la cantera del Rayo, y esperemos que no lo perdamos, porque como diría Juanvi: “”Dios aprieta pero no ahoga”.