Mucho Sevilla para un inocente Rayo
Dura. La temporada va a ser dura. Nadie lo negaba antes del debut y nadie se atreve a negarlo ahora. Si se quiere estar entre los mejores hay que rendir como los mejores. Y al Rayo Vallecano le falta todavía mucho, aunque esto no ha hecho nada más que empezar. Los de Míchel cayeron goleados frente al Sevilla en casa (1-4) tras una primera parte donde los hispalenses fueron muy efectivos y vieron puerta con mucha facilidad. El Mudo Vázquez y André Silva con un triplete pusieron los goles visitantes y Adrián Embarba el local de penalti.
Para esto se subió. Para partidos como este. Para mirar a la cara a todo un cinco veces campeón de la UEFA Europa League y explicarle que Vallecas no es un paseo. Que aquí se sufre y se pelea cada balón. Que aquí para sacar puntos hay que sudar sangre. El problema fue que, si no fue un paseo, se le pareció bastante.
Con un equipo todavía a medio hacer a falta de cinco o seis fichajes, Míchel había colocado a todos sus jugones sobre el verde, incluído un Trejo que actuaba de falso ‘9’. Medrán, Pozo, Embarba y Kakuta se movían por todo el frente de ataque buscando espacios mientras que Jordi Amat actuaba de escoba por delante de los centrales. Eso sí, en frente había dinamita.
Sarabia, Ever Banega, Jesús Navas… Buen entrante para el Rayo, que dio la bienvenida a Primera división ante uno de los rivales más difíciles de la temporada. De hecho, desde el inicio, se notó el cambio de roles. Esto no es LaLiga 1/2/3 -competición en la que, el año pasado, los franjirrojos quedaron campeones y cuyo trofeo ofrecieron a la afición este domingo.
Si antes el Rayo dominaba con el balón, ante el Sevilla no fue capaz. No es que desechara la posesión sino que, simplemente, los hispalenses metían más presión, más hombres por dentro y llegaban con más peligro. Y eso sin contar con las subidas de los carrileros, incisivos a más no poder.
Ya habian avisado los de Machín cuando, tras una internada de Jesús Navas por la derecha y un buen centro, el Mudo Vázquez remataba de tacón marcando un auténtico golazo y adelantando a los suyos frente al que fue su equipo en la 2012-13. Sin embargo, lejos de venirse abajo, el golpe despertó al Rayo, que poco a poco comenzó a estirarse… con el peligro que eso conlleva.
Los locales dominaban más, pero cuando el Sevilla contragolpeaba lo hacía con mucho peligro. Y en una de esas llegó el segundo, obra de un André Silva que debutaba en liga con los hispalenses y que recibió solo en el punto de penalti para batir fácil a Alberto. Ya al borde del descanso y tras un córner horrorosamente defendido, el propio André Silva hizo el tercero.
Con el inicio de la segunda mitad, los de Machín levantaron el pie del acelerador. Con los deberes hechos, se limitaron a dejar pasar el tiempo y a contragolpear de vez en cuando. Eso sí, sus contragolpes llevaban veneno. El veneno de un Navas que era indescifrable para Álex Moreno y para toda una defensa que no encontraba el antídoto a sus cabalgadas.
En una de las últimas jugadas, André Silva remató su tarde perfecta con un golazo tras la entrada en escena del VAR, que dio por válido el tanto que previamente había sido anulado. Hat-trick y debut soñado por el luso. Acto seguido, el VAR volvía a aparecer para corregir a Mateu Lahoz, que había sacado fuera del área una falta que había sido dentro. Penalti y gol de Adrián Embarba.
Con 1-4 terminó un choque que podía haber terminado con una goleada mucho mayor y que pocas cosas positivas dejó para los de Míchel: el debut de Advíncula -jugó unos minutos como extremo-, el descaro de Kakuta y que esto es solo el principio. Faltan fichajes, falta rodaje y falta saber estar. Siéntense, agárrense y cojan fuerza, que tocará remar… y mucho.