OPINIÓN
Hace apenas unas horas que se ha confirmado el fichaje de Pablo Clavería por el Málaga B y aún no me cabe en la cabeza esta idea. Y mira que en Unión Rayo sabíamos desde hace tres días, tal y como comunicamos, que no iba a renovar e iba a fichar en los próximos días por un club. Pero hasta que no es una realidad, no te das cuenta de lo que significa este hecho.
Respetables decisiones
En mi opinión la salida de Clavería es un golpe a la cantera del Rayo. Y quiero explicarme. Lo primero, antes que nada, comprendo las dos posturas. Comprendo que Pablo haya querido un reconocimiento a lo ya demostrado y que el club apostase por él (ser profesional); y también comprendo que la dirección deportiva haya considerado que aún no había demostrado sobre el césped ser un jugador del primer equipo. Respetable las dos opiniones, aunque ambas debatibles.
Pero… ¿qué tiene que hacer exactamente un canterano para tener sitio en el primer equipo? ¿Hacer lo que hizo Beltrán? ¿Ser un ‘prodigio’ y esperar a la jornada 30 (cuando se le renueva) para demostrar que vale? Vamos.. salirle ‘gratis’ al club un año siendo el mejor jugador. Y seguramente fue el que más ganas se dejó sobre el césped ¿Por qué se apuesta por jugadores que pueden no encajar como Cerro este año o anteriormente los Zuculini, Nery Castillo, etc…? ¿Acaso algún aficionado va a echar en cara que se ‘apueste’ por un canterano? La afición todo esto no lo comprende. Y sinceramente, con estas decisiones se puede intuir que hay miedo en apostar por la cantera y que se valora más lo de fuera que lo de casa. Y el caso de Clavería es un hecho. Y lo digo así porque públicamente se ha reconocido el interés en que continúe.
Sangre de capitán
Porque Pablo era más que un futbolista. Míchel lo dijo bien claro: “Tiene ADN Rayo”. Todo el mundo que conocía un poco a Clavería sabía que era un jugador que tenía algo más que juego sobre el césped. Hacía equipo y era el alma del vestuario; así fue en sus años de Juvenil y Rayo B. Pegaba un grito cuando era necesario, defendía a su compañero y era una pesadilla para todos los rivales. En definitiva, era sangre de capitán. Y todos se imaginaban a un Pablo en el primer equipo con el brazalete de la franja. Eso no se paga con dinero en el fútbol actual. De esos hay muy pocos; y encima sentía tu club como suyo.
Pero sobre todo, Clavería fue un ejemplo para todos los canteranos del Rayo Vallecano. Trabajo, constancia, carácter, ganas…; en definitiva, valentía, coraje y nobleza; eso fue derrochando en cada equipo que militó. Hizo historia con el Juvenil A y lideró a un Rayo B siendo uno de los más jovenes de la plantilla. Por eso hablo de un golpe duro a la cantera, porque… ¿qué mensaje se le traslada ahora a un canterano con la marcha de Clavería?