Todo equipo tiene piezas fundamentales dentro de la plantilla. Aquellos jugadores insignia que únicamente se quedan fuera del once por causa mayor. Este Rayo Vallecano no iba a ser menos y también cuenta con varios futbolistas que son imprescindibles para el técnico franjirrojo dentro del once inicial.
Portería y defensa innamovible
Dentro de la inmensa plantilla rayista, hay dos posiciones que son innegociables para Míchel a la hora de alinear. Esas son las de portero y defensa. Y es que el entrenador madrileño prácticamente no ha modificado ni la portería ni la línea defensiva.
En el arco franjirrojo, Alberto ha disputado todos los minutos, un total de 2.700, sin dar oportunidad al guardameta suplente Mario. En la zaga ocurre algo similar. Álex Moreno lleva acumulados 2.533 minutos y es el tercer futbolista de la plantilla que más tiempo ha estado sobre el terreno de juego. Chechu Dorado ha disputado un total de 2.351 minutos, mientras que Baiano 2.188. Tres de los cuatro puestos de la zona defensiva han estado cubiertos por jugadores que superan los 2.000 minutos. Un dato que evidencia la consolidación del equipo en la parte de atrás.
Jugadores con más minutos
Excluyendo a Alberto que lo ha jugado absolutamente todo, Embarba es el futbolista de campo con más minutos jugados de todo el Rayo Vallecano con 2.572. Después le siguen Álex Moreno con 2.533, Chechu Dorado con 2.351 y Fran Beltrán con 2.346. Estos son los cinco jugadores que más minutos llevan acumulados sobre las piernas. Se puede decir que estos cinco hombres son imprescindibles para el Míchel, ya que son los cinco que han contado con más confianza en la presente campaña (Alberto, Embarba, Álex Moreno, Chechu Dorado y Fran Beltrán).
Además, Unai López, Baiano y Trejo son los tres futbolistas que prosiguen esta lista con mayor tiempo jugado. Por lo tanto, hasta ocho jugadores han superado la barrera de los 2.000 minutos esta temporada. Una estadística muy significativa y que pone de manifiesto las pocas rotaciones y la falta de dosificación por parte del técnico rayista. Algo que de momento le funciona a las mil maravillas.