OPINIÓN
Te dejas todo por el Rayo. Haces horas extras, te implicas, quieres que crezca y te enamoras del club, dedicas todo tu tiempo libre, llueva o nieve estás ahí. Pero la realidad es otra. No importas a tus ‘jefes’, no saben ni tu nombre, a veces ni te saludan, no te valoran, les importa ‘una mierda’ tu trabajo, creen que te aprovechas del Rayo, que algunos pagarían por estar en ese club…
No valorados
Se lo que sentís. Es frustrante. Ver como te desvives por tu trabajo y a cambio no recibes NADA del club. Solo tienes el cariño y el apoyo de los compañeros y gente que has compartido tanto tiempo. Y al final te da igual todo, solo quieres una cosa: que valoren tu trabajo. Un simple gracias. Y más cuando haces una labor tan importante como la de formar.
Quizá son dos perfiles diferentes. Rubén, desvivido por su trabajo, la educación, el fútbol y su Rayo; y Juan, enamorado de su cantera, su gente y sus niños. Pero personas claves en los últimos años. El primero fue importante para muchos canteranos e incluso para sus familias. Un valor incalculable para el club. Incalculable en valores e importancia para unos chavales a los que la directiva, la verdad, no les importa. Aunque sean la segunda fuente de ingresos del club más grande recibida tras la TV en los últimos años.
Alguien que conoce bien a Rubén me decía estos días: “Rubén es más importante que el propio presidente”. Sin duda para los más de 300 niños sí lo es. Y es que antes que futbolistas ellos son personas, y Rubén era clave en la formación para muchos de ellos ¿Pero entonces que valores importan en este club? ¿Ser solidario con las camisetas? El mejor marketing para un club sin departamento de marketing.
Juan es todo ternura. Siempre con una sonrisa te ayudaba en lo que hacía falta. No se me quita de la cabeza su quebrada voz tras no poder estar esta temporada y emocionarse recordando el cariño de sus niños del Rayo. Pero su único interés en esos momentos era que nos interesásemos por otra persona. Eso sí es solidaridad, y no otras mentiras. Cuando estás en un momento jodido y piensa en el otro.
Y no es el primero que sale entre lágrimas de ese club. Aún recuerdo a Patricia Mascaró, exjugadora del Femenino, saliendo de la Ciudad Deportiva destrozada. O a Víctor Alonso (ex empleado) recoger sus cosas emocionado. Ni un comunicado de agradecimiento, ni un simple gracias ¡Y Juan llevaba treinta años en el club! No se cuida a la gente.
Juan era el ‘líder’ de aquella ‘manada’ de fotógrafos que iba creciendo año a año. Él dirigía el cotarro. Los canteranos y las chicas hacían caso a él. Sus galones merecidos tras tantos años de trabajo. Una labor de fotógrafo que tan mal se pasa cuando el tiempo no acompaña. Sin duda la Ciudad Deportiva no será igual sin él.
500 y 300 euros, no llegaba ni a 1000€ entre los dos. En un club de un presupuesto de casi 10M. Nada se entiende ¿En serio ellos son prescindibles? No hay por donde cogerlo. El único proyecto en este club es el primer equipo. Lo demás no importa nada. Invito a leer una reflexión que hizo mi compañero David Briz en Twitter los últimos días. Lo que están haciendo clubes como Leganés, Eibar o Alavés. Creando una estructura y una institución gracias su paso por la máxima categoría. Mientras el Rayo en cinco años en Primera fue incapaz de invertir en nada. Ah sí, en Oklahoma. Las cosas que se podían haber hecho con ese dinero para hacer más fuerte estructuralmente al Rayo…
Una persona del club me decía ayer. “Están por encima”. La gente está por encima de este club. Y es totalmente cierto. Nadie se explica cómo hay gente, trabajadores, que siguen volcándose en el Rayo Vallecano por cuatro duros y nadie se explica cómo la afición sigue sin fallar cada año. Pero así son las verdaderas personas claves. Como Juan y Rubén; y como la afición del Rayo, imprescindibles.
PD: Manda huevos que quien levante la voz sea Alicia, la capitana del Femenino. Ella es el Rayo.