LA ESCUADRA
Cuando el míster de un equipo sale con cara de pocos amigos a una sala de prensa tras haber conseguido un empate que le permite seguir en puestos de ascenso directo, es buena señal. Los campeones no se conforman. Los grandes no especulan. Los clubes de Primera no titubean. Van a por la victoria siempre. Estando con uno menos, sabiendo que Numancia, Cádiz, Granada y Oviedo habían pinchado. No importa. Hay que ganar. Ya lo dijo uno que de esto sabía un rato. “Ganar, ganar, ganar y volver a ganar, ganar, ganar, ganar y volver a ganar”. Grande Luis Aragonés.
Huele a ascenso. Huele a Real Madrid, Barcelona y Atleti visitando Vallecas. Huele a un humilde barrio molestando a los grandes como una mosca cojonera. Y el camino del inconformismo es el correcto. El del inconformismo y el de la valentía. Porque la Franja no está para tonterías. Está para que si te pitan e insultan, fuerces un penalti y tú mismo lo transformes. Está para partirte la cara por el equipo. Está para dejarte la vida corriendo por ti y por todos tus compañeros.
Da la sensación de que no sobra nadie. De que tanto titulares como suplentes aportan su granito de arena. De las paradas de Alberto a los goles de RdT. Del alma y el pundonor de Fran Beltrán a la magia de Trejo. Todos suman. Eso es fundamental.
Quedan trece finales y aquí lo dejo escrito. Me mojo. El tufo de ascenso directo es insoportable y creo que así va a ser. El Rayo Vallecano se lo merece, por lo que está demostrando y por lo que le queda por demostrar. Por lo que ya se ha visto y por el margen de mejora que tiene. Este equipo es de Primera. Ahora solo falta demostrarlo y poner la guinda a una gran temporada.