Javi Guerra ingresó en el terreno de juego en el minuto cincuenta y tres de partido en detrimento de Chori Dominguez y solo cinco minutos después consiguió adelantar al equipo mediante un sensacional testarazo tras un saque de esquina, desatascando así un partido en el que los pupilos de Míchel no se encontraban especialmente cómodos.
Inmediatamente después de anotar el gol, el delantero andaluz se dirigió al banquillo y se fundió en un caluroso abrazo con el portero Mario. Un gol que sirvió para “abrir la lata” y en el que el guardameta cántabro se llevó la dedicación especial de su compañero.
El atacante marcó su tercer gol de la temporada con el Rayo Vallecano, tras haber ‘mojado’ también en los partidos ante el Córdoba en El Arcángel y ante el Lorca en Vallecas.