EL TERCER TIEMPO
Como los equipos grandes. Esos que desafían los resultados adversos, que se sobreponen a los contratiempos, que esperan pacientemente su momento para dar una estocada mortal a su adversario y son capaces de voltear un encuentro que se torna espinoso. El Rayo Vallecano ha mutado, y ahora cabalga a lomos de la inercia positiva.
Ganar, ganar y ganar
Como decía el Sabio de Hortaleza, esto del fútbol es tan simple como apelar al verbo ganar. Qué más dan la estrategia y la táctica, si lo realmente importante es ganar, ganar y ganar. No todos los equipos tienen la capacidad de abrazar la victoria, y se sumergen en el profundo océano de la dinámica negativa, como hizo el Rayo Vallecano en la pasada campaña. Ahora, esa maltrecha psicología vallecana a virado y oprime la dinámica positiva.
El fútbol entiendo mucho de psicología, y en Vallecas atravesamos uno de esos momentos dulces, en los que la pelota acaba entrando, en los que la inercia de la victoria se adueña de los partidos. Sirvan como ejemplo los dos últimos partidos en la Avenida de la Albufera, con sendas victorias en los últimos compases del choque ante Granada y Alcorcón. Los equipos grandes, los que acaban peleando por títulos y los que ocupan los puestos altos de la tabla, son esos conjuntos que ganan, independientemente de los percances que surjan durante el partido.
Piensen en uno de esos equipos. Esos que siempre ganan, que a veces hasta aburren porque sabes que van a acabar marcando el gol. Sí, esos. El domingo pasado ante el Alcorcón tuve la sensación de ver a uno de ellos vestido de franjirrojo. Un equipo que sin importar el resultado, apela al talento, la fe, el corazón, la suerte y la dinámica positiva para voltear un encuentro que a menos de diez minutos para el final perdía. Eso es un equipo grande, un equipo que bebe de la inercia de la victoria, eso es nuestra franja.
Así está el Rayo Vallecano de Míchel, que solo ha perdido un partido de los últimos 12 que ha disputado, y el próximo viernes tiene una prueba de fuego para comprobar si de verdad es un equipo de los de arriba. Los de Vallecas despiden el año 2017 en campo del Lugo, una vara de medir que dejará claro el nivel del Rayo.