El desplazamiento de cerca de 700 aficionados del Rayo Vallecano a Barcelona contó con cerca de 20 horas de autobús, más de 1.200 kilómetros de carretera, cánticos, ilusión y anécdotas, en uno de los viajes con más presencia franjirroja de la temporada.
El viaje de los 10€
Ir a ver a tu equipo a Barcelona por 10 euros, es una buena opción. Parte de la afición denominó este viaje como el de los 10 pavos”.
Los 10 autobuses se dieron cita a las 12:30 horas en el Estadio de Vallecas. Tocaba viajar de noche. La salida se demoró cerca de una hora ya que faltaba uno de los buses. Eso sí, al poco de salir, la caravana de autobuses se topó con un control de alcohol y drogas, que suponía el desvío de todo el tráfico en la A2.
En la primera parada la marea franjirroja se encontró con los aficionados del FC Barcelona que regresaban de ver la final de Copa del Rey en el Wanda Metropolitano. En dicha parada, el autocar número 4 se deja en tierra a un aficionado, que tiene que ser rescatado por el bus 10.
A mitad del viaje de ida el mencionado bus 10, junto al 4 o el 7, tiene que separarse del resto de la expedición rayista para repostar gasolina.
Pinchazo de una rueda
Uno de los mayores contratiempos del viaje de la marea franjirroja a Barcelona se produjo tras el partido, cuando la afición se disponía a volver a Vallecas. Eran las siete de la tarde y la afición pudo contemplar cómo una de las ruedas del autocar 9 estaba pinchada. Ello demoró la salida de la expedición, pero sobre todo de los buses 9 y 10, que tuvieron que aguardar dos horas para partir.
Por último, uno de los mayores sustos lo vivió el autobús 5 en el viaje de ida, tras un roce del bus con el quitamiedos, que asustó a los aficionados que iban en dicho autocar.