Improvisado. Todo improvisado. Un autobus serigrafiado fue todo lo que se organizó desde el Rayo Vallecano. Los jugadores saltaron al césped después del partido frente al Lugo a celebrarlo con la afición sin nada previsto. Desde el club, ningún tipo de información de cuando subieran al autobús o cuando se celebrasen algo.
Después, en la fuente de la Asamblea, los futbolistas no se bajaron a disfrutar del típico baño de masas. Todo esto en una oscuridad absoluta que solo rompían las bengalas, ya que las farolas se encontraron apagadas en todo momento. La sensación fue de total chapuza y poca organización. Al día siguiente visita a la parroquia, Ayuntamiento y Comunidad (sin previsión de afición)
¿Cómo lo vivieron en Valladolid y en Huesca?
Huesca
Se montó una pantalla gigante en una especie de palacio de congresos con entrada gratuita para ver el Lugo-Huesca que daría el ascenso a los oscenses. Después, la gente fue a la Plaza Navarra a celebrarlo por la noche.
Al día siguiente, cuando volvieron los jugadores se les recibió en el aeropuerto y, por la tarde, hicieron una rúa por la ciudad. Llegaron a la plaza más representativa de Huesca y se hicieron los típicos discursos desde el balcón.
En la siguiente jornada, con el equipo ya ascendido pero jugando en casa contra el Nástic, montaron una fan zone con música, hinchables, barras y demás, desde las 12 hasta las 5 más o menos, siendo el encuentro por la tarde.
Valladolid
El sábado después de ascender hubo celebración sobre el campo con luces y un panel con una estructura para que, debajo de un arco, estuviesen los jugadores, que fueron saliendo uno a uno. El estadio estaba con las luces apagadas y fuegos artificiales.
Al día siguiente, por la mañana, recepciones institucionales y, por la tarde, se subieron en un barco para ir por todo el río hasta la playa de las Moreras y después se subieron en un autobús descapotable. Más tarde, en la acera de Recoletos, presentación de los jugadores, discursos y música para toda la afición.