OPINIÓN
Por nombre, por prestigio, por su gente… Que el Rayo es de Primera no es discutible. Que su afición tiene algo especial, tampoco. Sin ir más lejos, ‘Chori’ Domínguez y Óscar Trejo han aterrizado en Vallecas para ayudar a la franja, y no precisamente por dinero. Ahora bien, ¿debe ser el ascenso el objetivo para la nueva temporada que comienza este domingo?
Vayamos por pasos: la pretemporada, en cuanto a resultados, ha sido nefasta. En cuanto a juego, no tanto, pero la falta de fichajes hace que estemos ante una de las plantillas más cortas que se recuerdan. Actualmente sin delantero por la lesión de Javi Guerra en Valladolid, Michel ha estado haciendo cabriolas poniendo a Trejo de falso nueve para no tener que poner a un juvenil como Sergio Benito como referencia en ataque del primer equipo.
Con todo esto, cada vez que se le ha preguntado a alguna pieza del mecanismo vallecano, ya sea jugador o técnico, han respondido lo mismo: nuestro objetivo tiene que ser el ascenso, aunque hay que ir con cuidado. Pues bien, me gustaría hacer hincapié en eso último. Cuidado y prudencia, porque la segunda división está más fuerte que nunca, y el Rayo comienza con lo justo. Aseguremos primero la permanencia y no nos llevemos sustos, que en épocas de tormenta (tanto institucional como deportiva) cuándo parece que nada puede ir peor… no quiero ni pensarlo.
¿El objetivo del Rayo tiene que ser el ascenso? Probablemente, pero no se me olvida la sensación del doble descenso, rememorada el año pasado por instantes cuando los de Michel se encontraban a cuatro puntos de la salvación. Cuidado, porque el cementerio está lleno de valientes…