LA ESCUADRA
Sobre el campo, un chaval de 18 años que se deja la vida por unos colores. Junto a él, un mago que ha rechazado ofertas de Primera división por vestir la Franja. Más arriba, un superhéroe que lleva la friolera de 18 tantos. Por la banda, un 11 imparable que está completando la mejor temporada de su carrera. En el lateral izquierdo, una bala imparable de esas que ganan partidos. Etcétera, etcétera, etcétera.
Pitos en Vallecas
¿En serio? ¿Pitos? ¿A una plantilla que ha llevado al Rayo Vallecano a estar líder? Hago mía la frase que he escuchado estos días en más de una ocasión. Qué pocos partidos han visto algunos de este equipo en 2ªB… Qué poca memoria. No se debería parar de aplaudir desde la grada. No se me ocurre absolutamente nada que reprochar a este equipo.
Me gustaría que la próxima vez que alguno o alguna se lleve los dedos a la boca piense en el compromiso de Alberto, en el pundonor de Fran Beltrán, en el saber estar de Dorado, en la calidad de Santi Comesaña, en la voracidad de Raúl de Tomás… Y sobre todo, en la cabeza pensante. En un hombre que regaló todo el fútbol que tenía dentro a un barrio y que ahora le hace soñar con volver a Primera. Que piense en Míchel y en si se merece un abucheo.
El Rayo es una familia. Es apoyo, es solidaridad, es una piña… es unidad. Se está luchando por algo muy grande. De hecho, es tan grande que en solitario es imposible conseguirlo. Arrimen el hombro. Desde la Albufera hasta Arroyo del Olivar. No se arrepientan luego de no haber hecho lo que pudieron hacer. Luchen, que oportunidades como la de este año se echan de menos.