Magia: “Arte o ciencia oculta que se pretende producir, valiéndose de ciertos actos o palabras, o con la intervención de seres imaginables”,” Resultados contrarios a las leyes naturales”. “Encanto, hechizo o atractivo de alguien o algo”.
Qué Roberto Trashorras no es un simple practicante del deporte de la pelota es evidente (pásense un fin de semana por la Albufera), que detrás de esa elegancia con él cuero se esconde el carisma de los elegidos, puede ser un poco más difícil de percibir para el ojo humano.
Hablar del de Rávade es hablar de liderazgo. Si, liderazgo. Un líder silencioso, porque “Rober” no necesita hacer grandes aspavientos de forma reiterada. El embrujo de su fútbol, unido a la calidad de su imborrable sonrisa, le dotan de esa capacidad. Si a eso le unes la cercanía y sencillez de su no menos embrujante personalidad, el resultado es lo que vemos a día de hoy.
El resultado de un tipo que quiere y se deja querer. El resultado de un tipo que, tras tres sesiones de entrenamiento en un mismo día, tiene la capacidad de llegar extasiado físicamente y vacilarte (Briz y Boned saben de lo que hablo..), siempre con la sonrisa de oreja a oreja, siempre con la mejor de las intenciones. Porque “el mago”, cómo buen mago que es, posee esa capacidad innata que tienen los de su gremio, ese hechizo a través del cual, una vez que tienes la oportunidad de poder conocerlo más de cerca, quedarte prendado de él.
Vallecas volverá a disfrutar de Trashorras una temporada más, y esto es motivo más que suficiente para que el aficionado rayista esté de enhorabuena. Con el comienzo del campeonato a la vuelta de la esquina, muchas son las preguntas que rondan por las mentes de los hinchas. ¿Se sufrirá menos que la temporada pasada?, ¿Encajarán los nuevos fichajes?, ¿Conseguirá Paco Jémez dar con la tecla desde el principio?……, de lo que no queda duda de ningún tipo, es de que el Rayo volverá a contar un curso más con un futbolista especial, un futbolista que se ha ganado por derecho propio ser uno de los referentes del aficionado franjirojo. Un mago dentro la cancha, ejemplo de sencillez y naturalidad fuera de ella. Nunca dejes de sonreir, gracias por tus trucos.
Antonio Morillo (@AMorillo17)