El bálsamo que ha supuesto la llegada de Míchel al banquillo del Rayo Vallecano ha permitido ver cómo evoluciona una plantilla que estaba completamente hundida en lo anímico. Es un claro ejemplo de la importancia del factor psicológico en el deporte, de lo determinante que es la mente para llegar a obtener buenos resultados cuando se está compitiendo, sea el nivel que sea.
Calma y tranquilidad
Siempre he sido de los que piensan que la Psicología es una de las herramientas más importantes en el deporte, y que saber gestionar los estados de ánimo es una de las tareas más complejas de los deportistas. Seguramente me den la razón cuando ponemos el foco en el tenis. Partidos largos, en los que los tenistas atraviesan altibajos en su psique, y muchas veces acaba venciendo aquel que tiene más fuerza mental.
Si nos centramos en el actual Rayo Vallecano, en lo que ha sido hasta ahora una ‘temporada de mierda‘, podemos apreciar con mucha claridad la repercusión que tiene la fuerza mental en el rendimiento deportivo, y cómo la tranquilidad hace que sea más fácil competir. Míchel ha traído consigo serenidad a un vestuario que emanaba nervios por doquier, ha sido el portador de calma y sosiego, y ha sabido tocar la tecla de la maltrecha psicología vallecana para voltearla y hacerla positiva. La mejor muestra es la solvencia y superioridad con la que el equipo venció al Lugo en la última jornada de Liga en Vallecas, siendo muy superior a su rival.
Hasta la llegada del técnico vallecano, el mayor logro del Rayo había sido tres partidos sin perder y jugando de aquella manera. Ahora, con Míchel, los franjirrojos suman seis encuentros sin conocer la derrota, 14 de 18 puntos posibles, tres goles anotados en los últimos ocho encuentros disputados y la sensación de que se puede ganar a cualquiera en cualquier campo. Este sí es mi Rayo. Tu Rayo.
Calma y tranquilidad son la clave para deportar el miedo lejos de Vallecas. Para jugar como sabe jugar este equipo. Pero no me lancen las campanas al vuelo que seguimos estando cuatro puntos por encima del descenso. Eso sí, al menos ahora se respira tranquilidad en la villa.