LAS BONETADAS
Vergüenza. Bochorno. Cualquier calificativo vale para describir el episodio que está protagonizando el Rayo Vallecano. En concreto la directiva franjirroja y con LaLiga como cómplice.
La Comunidad de Madrid tomó la decisión de arreglar un estadio de Vallecas que por contrato no le correspondía e invertir 1,2M. Sin contabilizar la cantidad de daños que son por el no mantenimiento llevado a cabo en los últimos años por la directiva rayista.
LaLiga se ha lavado las manos y la ahora todos se llevan las manos a la cabeza. Una situación que no es de ahora y que lleva años padeciendo la afición del Rayo Vallecano. Ha tenido que ocurrir algo (y menos mal que todo se quedó en un susto) para que se abra los ojos. Y siempre ‘gracias’ a los medios de comunicación que dieron importancia (aunque tarde) a algo que no podía continuar ningún minuto más.
Puede que el estadio no se caiga. Seguramente no haya peligro inminente. Pero el estadio de Vallecas, como diría Javier Tebas, no cumple las condiciones mínimas para la mejor competición de fútbol del mundo. Suciedad y estadio que muchos campos de Segunda B y Tercera supera con creces.
Martín Presa ha obviado todo esto y ha jugado con fuego hasta quemarse. En la Comunidad de Madrid ‘ya le han calado’ y esto lo ‘pagará’ caro en la negociación del próximo convenio al vencer el vigente en junio de 2019.
Y solo hablamos del tema del estadio. Podríamos hablar de Oklahoma, la Ciudad Deportiva (Cafetería y césped), situación de Natalia Pablos, el Femenino, la cantera, falta de proyecto institucional, la situación y el trato a muchos empleados… El éxito deportivo tapa todo esto que ya saltó hace dos temporadas tras la llegada de Zozulya y que Míchel (con resultados) apaciguó. Es la hora de ir todos juntos. La atención a día de hoy está en Vallecas.
Los rayistas, en este tema, ‘sólo’ quieren un estadio en condiciones. Que no se avergüencen de él y que, lo mínimo, que esté limpio para poder hacer sus necesidades. Da igual tres años o cuatro de exilio. Pero quieren una solución. De nada sirve que todo esto quede en una solución provisional y se vuelva al estadio en dos/tres semanas con las mismas condiciones. Vallecas ha sido escuchada. Ahora la vergüenza debe pasar a solución.