Año nuevo, ¿igual concentración?
Por Jesús Domínguez (Blanquivioletas)
El Real Valladolid quiere comenzar 2019 mejorando sus prestaciones como local, donde ha sumado menos de la mitad de sus veintiún puntos
Real Valladolid y Rayo Vallecano arrancan este sábado 2019 queriendo comenzar a trasladar al campo sus propósitos de Año Nuevo, pero de verdad. Los tres puntos que se disputarán pueden servir para reengancharse a la competición con buen pie frente a un rival directo, pues eso son, dos de los equipos más humildes de una Primera División en la que ambos quieren permanecer al final del curso.
Para el conjunto de Sergio González ese es el objetivo máximo a corto plazo, aunque tiene otros propósitos, incluso de enmienda, en uno más corto. Por ejemplo, el elevar sus prestaciones como local con respecto al primer tramo de campaña, pues Zorrilla ha visto sumar a su equipo menos de la mitad de los veintiún puntos que acumula, solamente ocho, y la peor derrota de la temporada en el uno a cuatro sufridso frente al CD Leganés.
Para ello, para mantener o ampliar las ocho unidades de renta con respecto a los de la franja, el cuadro blanquivioleta debe apelar a las máximas que le sitúan a estas alturas en la duodécima plaza: una concentración y un compromiso que le permiten ser una de las mejores defensas del campeonato liguero.
Moyano, Kiko Olivas, Calero y Nacho, ex del Rayo Vallecano, han sido guardaespaldas ejemplares de un Jordi Masip que se encuentra entre los porteros que menos goles han encajados (diecinueve). Aunque en el extremo opuesto, en el área contraria, la cosa cambia, puesto que los dieciséis tantos anotados son la tercera peor marca después de los quince del Huesca y del Valencia, y eso es algo que debe cambiar.
Como la ventana de transferencias está para ello, la dirección deportiva trabaja en aumentar el rendimiento de sus piezas ofensivas, después de que Duje Cop no se haya estrenado y de que Enes Ünal haya visto puerta en solo tres ocasiones, hecho al que hay que añadir las sensaciones bastante mejorables que ambos han dejado.
Eso es harina de otro costal, no afectará directamente (o sí…) a un Rayo Vallecano en el que milita uno de los objetos de deseo del anterior mercado de pases, un Raúl de Tomás llamado a batirse el cobre con uno de los hombres de moda incluso del fútbol nacional, un Fernando Calero que podría marcharse este mismo mes de enero (¿Borussia Dortmund?). El central es, junto a Rubén Alcaraz, el futbolista en torno al cual revolotean más clubes, lo que no debería disminuir su rendimiento pero sí llamar a aquella concentración mencionada para obtener los tres puntos.
Porque el frío de Zorrilla lo espera, quién sabe si con más ansia de la dificultad que puede entrañar el choque, de la que el técnico habló entre semana. Quien avisa no es traidor, dicen, y Sergio sabe que cuando se afrontó con exceso de ímpetu la visita del Leganés, el resultado fue adverso. En el intento de que no sea así en esta ocasión no podrán colaborar los lesionados Joaquín y Luismi, así como tampoco Ivi López –quien podría marcharse también este mes– si bien por el contrario el técnico catalán recupera a Toni Villa. Por sus botas pasa buena parte del fútbol del Real Valladolid. Puede que de ellas dependa que los Reyes Magos traigan un buen regalo o, por el contrario, dejen carbón en forma de un tropiezo indeseado.