El entrenador del Rayo Vallecano Andoni Iraola se coloca varios esparadrapos en sus manos (uno en cada una) durante los partidos. Algo común cuando uno es jugador; pero no como entrenador.
El téncico rayista explicó en Radio MARCA el motivo: “Es una superstición que tengo desde que soy jugador. Algún árbitro tiquismiquis no me ha dejado, pero por ahora me ha ido bien”.
“Empezaría en juveniles y no creo que vaya a cambiar. Cuando llego al vestuario, le quito un trozo de esparadrapo al fisio y me lo pongo“, indicó.
Por ahora la trayectoria de Iraola es inmaculada. Gran temporada en el CD Mirandés y un ascenso con el Rayo Vallecano. Así como un gran inicio en Primera División.