El Rayo Vallecano Femenino despide un gran año 2018. Las dudas debidas a los cambios han sido superadas con creces y poco a poco el equipo ha ido para arriba. La incertidumbre después de un verano complicado ha dado paso a un equipo más sólido y fiable. Todo ello gracias a un cuerpo técnico y unas jugadoras que sienten unos colores, que se apoyan unas a otras y que, a pesar de no tener las mejores condiciones profesionales, se dejan la piel cada vez que pisan el césped y que las convierten en un verdadero EQUIPO.
Lo mejor
Tras un mal comienzo de año donde la cuesta de enero hizo mella en un equipo que había comenzado muy bien el campeonato, el equipo tuvo un final de temporada largo tras terminar pronto sus opciones de clasificarse a la Copa de la Reina. Sin duda lo mejor fue la consagración de futbolistas de la cantera de la mano de Quejigo. Marta Perarnau fue quien más minutos fue sumando aunque la presencia de Silvia fue comenzado mientras que futbolistas como Claudia, Anita Blanco y Teruel iban llamando a la puerta.
Después llegó el verano y como suele ser habitual, muchos cambios. Para empezar, en el banquillo. Miguel Ángel Quejigo se marchaba al Madrid CFF y cogía las riendas la entrenadora del filial Irene Ferreras, que se convertía en la segunda mujer que ocupaba el puesto de entrenadora en la Liga Iberdrola. La técnico manchega tenía que hacer frente, con un bajo presupuesto, a la salida de jugadoras tan importantes como Estela, Laura Domínguez o Natalia Pablos, una auténtica institución en el equipo.
Poco a poco y con el paso de los partidos, el equipo fue yendo de menos a más y ha acabado el año de manera espectacular. Invictas en diciembre y compitiendo todos los partidos en una Liga muy complicada y que cada vez mejora más, han acabado sextas consiguiendo así la mejor clasificación a estas alturas de los últimos 4 años.
Y por supuesto, mención especial para las jugadoras. Su actitud cada entrenamiento y cada partido es intachable. Cada día demuestran su amor, primero por este deporte y segundo por estos colores. La gran mayoría lo compaginan con sus trabajos o sus estudios y hacen sacrificios para cada fin de semana hacer al fin y al cabo lo que másles gusta: jugar al fútbol con sus compañeras.
Entre ellas sobresale un nombre: Eva Alonso. La mediocentro ha hecho historia con el Rayo Femenino al proclamarse por primera vez una jugadora franjirroja como campeona del mundo. Asus 16 años, primer año juvenil, Alonso ya es una fija para Irene Ferreras y se ha convertido en no solo la gran promesa del Rayo Femenino sino una de las futbolistas con mayor proyección del fútbol español.
Lo peor
El capítulo con Natalia Pablos es uno de los puntos negros de este año. Después de toda una vida deportiva dedicada al club, Natalia quería rescindir el año que le quedaba de su contrato para centrarse en su carrera como profesora. Sin embargo, el club se negó en un principio a hacerlo y fue después de la presión popular y mediática cuando cedieron. Un sinsentido que al menos acabó bien aunque sin una gran despedida merecida para la mejor jugadora de la historia del club.
Como no podía ser de otra forma, las lesiones son lo más negativo deportivamente hablando. Especialmente 3 lesiones graves que han llegado esta temporada de jugadoras importantes: Jalena Cubrilo, Carla Guerrero y Laura Codonal. Las tres el maldito ligamento cruzado anterior. Jalena llegaba como uno de los refuerzos principales y apenas pudo demostrarlo. Carla estaba siendo una de las mejores de la temporada y además de no poder seguir ayudando al Rayo, la chilena es seria duda para la primera participación de su selección en un Munidal. Por su parte, el caso de Laura Codonal parece el más grave, ya que es la tercera vez que sufre esta lesión.
Propósitos del nuevo año
Deportivamente, seguir creciendo. De momento, se va sin duda por el buen camino. Con el descenso lejos,el gran objetivo sigue siendo mantenerse en la categoría. No hay que confiarse porque una mala racha te mete abajo. Y la Copa de la Reina, ¿por qué no soñar con hacer algo importante? A un partido y tal y como está el equipo todo puede pasar. Por último, reconociendo que se están dando pasos adelante, todavía hay enormes diferencias con el fútbol profesional masculino. No estoy hablando de sueldos, que es evidente que también, si no a nivel de reconocimiento profesional.
Sin embargo, quedémonos con la parte positiva, que cada vez ese reconocimiento es mayor tanto de parte de los medios, de las televisiones como de la afición. Mención especial para ellos y los que animan cada fin de semana a las chicas, a las que demuestran todo su apoyo y su cariño. Esperemos que siga creciendo en el 2019 que entra y que sobre todo este lleno de éxito para estas jugadoras que tanto se lo merecen.