(Foto: Rayo Vallecano)
La temporada ha sido mala para el Rayo Vallecano… y terminó peor. Parecía que iba a poder despedirse con una sonrisa, pero sobre la bocina se dejó empatar (2-2). Los goles franjirrojos los pusieron Embarba de penalti y Medrán con un disparo lejano. Los celestes los anotó Iago Aspas. El Rayo termina colista un curso para olvidar.
Es triste ver fútbol sin nada en juego. No hay tensión, el ritmo decae y la sensación de estar viendo un entrenamiento va a más con cada minuto que pasa. Como el propio Paco Jémez ha dicho en alguna ocasión, el Rayo Vallecano está en esta situación porque han faltado cosas. Muchas cosas. Quizá por eso faltó intensidad y quizá por eso también Embarba ni celebró el tanto que abrió el marcador. Con los franjirrojos descendidos no había nada que festejar.
Desde el inicio dio la sensación de que ninguno de los dos equipos quería el cuero. La afición del Celta había llenado hasta los topes Balaídos, pero el calor de la grada contrarrestaba con el frío sobre el césped. Pasaban los minutos y a ambos equipos les costaba entrar en calor. En una jugada aislada, Boudebouz cometió penalti sobre Advincula al golpear con la bota la cara del peruano y Embarba anotó desde los once metros. 0-1 para el Rayo que no cambió el ritmo del choque.
Los únicos que parecían vivir el encuentro como un auténtico partido de Primera división eran los dos entrenadores. El de los locales, Fran Escribá, fue expulsado por protestar un posible penalti sobre Iago Aspas. Paco Jémez, por su parte, se desgañitaba en la banda tras cada error de los suyos en la salida de balón.
Ya en la segunda parte, el Celta apretó. Estaba ante su afición y a pesar de tener la salvación en el bolsillo estaban perdiendo frente al penúltimo clasificado. Sin embargo, fue el Rayo el que volvió a golpear. Medrán, con un gran disparo desde fuera del área, puso el 0-2 y un pensamiento en todos los hinchas rayistas: por qué esto no se hizo hace unas semanas.
En las postrimerías del partido Mateu Lahoz decretó penalti por mano de Catena. Penalti muy dudoso que, incluso después de revisarlo en el VAR, acabó señalando. Iago Aspas se encargó de convertirlo.
En el descuento, Aspas volvió a oler sangre. Gol de espuela que mandó a los franjirrojos al farolillo rojo de LaLiga. 0-2 iba venciendo el Rayo. 2-2 acabó el choque. Crónica de una temporada