El verano de 2016 aterrizó en Vallecas un niño tímido y con brackets. Era Santi Comesaña (Vigo, 23 años), que saludaba uno a uno a los Trashorras, Zé Castro, Gazzaniga, Embarba, Ebert, Manucho… Llegaba procedente del Coruxo como posible estrella, pero se acabaría convirtiendo en una supernova. Con sudor y trabajo (siempre en silencio) se fue ganando el corazón de la afición, hasta enfundarse el brazalete por primera vez en 2018, en el Santiago Bernabéu. Aquel cachorro hoy ya es uno de los baluartes del equipo. Reciente goleador y capitán ante el Sabadell, se ha sentado a hablar con Unión Rayo. Y no se corta.
Entrevista Santi Comesaña
P: Ha sido un arranque espectacular con dos victorias, ante Mallorca y Sabadell… ¿Cómo está el equipo?
R: Con la moral muy alta, fueron dos victorias muy sufridas, pero es que en Segunda todas van a serlo en mayor o menos medida. Empezar así siempre es bueno, estamos con la moral por las nubes, pero son sólo dos victorias y la competición es muy larga.
Ante el Sabadell, si algo se vio, es un equipo que no bajó los brazos a pesar de las adversidades. ¿Esa mentalidad ha cambiado con respecto a otros años, no?
Sí, ya la primera parte no tuvimos tantas ocasiones, pero sí vimos que llegábamos fácil a su campo, estábamos todo el rato dentro del área y transmitíamos sensación de peligro. Ellos nos marcaron en el único tiro que hicieron… Pero el mister nos dijo que teníamos que seguir así, que con desgaste iba a llegar seguro. No bajamos los brazos y así fue. Seguimos intentándolo con tres palos, dos goles anulados… Pero al final acabó entrando. Era merecido.
¿Qué diferencias hay entre Iraola y Jémez?
Cada entrenador es un mundo y son totalmente diferentes. Iraola también quiere tener la pelota y eso nos gusta, porque el Rayo tiene un estilo formado desde hace muchos años en torno a la posesión, pero esta vez no arriesgamos tanto en zonas peligrosas. Si tenemos que pegar un pelotazo lo pegamos y punto.
Cómo estaba el césped de Vallecas…
Muy mal, yo de hecho no recuerdo el campo tan mal desde que estoy aquí. Había muy poco césped, pero bueno, se podía jugar. El balón raseaba algo y ya está… Estaba bastante mal, pero nos quedamos con que se puede mejorar muchísimo. Eso será mejor para todos.
¿Se sigue haciendo difícil en Vallecas sin la afición?
Sí, se te pone el cuerpo muy raro y más aquí, que la afición apoya desde el 1′ al 90′. Ahora esto tiene que seguir siendo un fortín, pero no lo será tanto yo creo. Es algo que pasará en todos los campos, pero sobre todo en Vallecas. Es rarísimo que no se escuche nada. A ver si poco a poco la situación va cambiando y, por lo menos, al final de la temporada hay suerte y puede estar la afición con nosotros.
Entrando en lo personal… ¿Te ha pedido algo Iraola en concreto?
Juego en una posición de ‘8’ entre la defensa y el ataque con libertad. Me dice que suba si tengo la oportunidad. El otro día íbamos perdiendo y estábamos todo el rato achuchando, ellos no pasaban ni del medio del campo y decidí ir hacia arriba a buscar el gol. Al final entró después de algún intento fallido.
Llevaste el brazatele por primera vez en 2018 en el Bernabéu. Esta temporada te estás asentando en ese papel. ¿Qué se siente al portarlo?
Mucho orgullo. No pensaba que lo empezase a llevar desde tan joven, pero me siento muy orgulloso y doy las gracias a mis compañeros que me lo dan.
¿En qué posición te sientes más cómodo?
No tengo ninguna preferencia. Me gusta ir a buscar la pelota a atrás y llegar al área. Donde me pongan estaré contento.
Llegaste a Madrid como un chaval. ¿Cómo fue ese momento, jugando en el Coruxo, en que te enteras que te quiere el Rayo Vallecano? ¿Quién te dijo “oye, el Rayo te quiere”?
Yo no me lo creía. Me lo dijo mi agente, yo nunca pensé que pudiese llegar al fútbol profesional, jugaba a esto porque me divertía, por pasármelo bien. Jamás había estado en ninguna cantera, es verdad que el Celta me quiso cuando era muy pequeño, pero esto era simplemente una diversión. Pensaba “llegar a Segunda B sería la leche” y lo conseguí, eso para mí fue un salto que ya no me esperaba. Pues esto… Recibir la oportunidad del Rayo es algo que no me creía.
¿Qué recuerdos guardas del Coruxo?
El año que yo me fui ya se marchó mucha gente y eso te hace perder un poco de relación con el club. Pero guardo muy buenos recuerdos.
Volviendo a la afición. Se os reprocha como que desde hace tiempo vivís en una burbuja, que no empatizáis tanto con ellos. ¿Tú has sentido en algún momento que no habéis estado tan cerca de la afición como deberíais?
Yo cuando llegué había mucha más conexión, el aficionado estaba mucho más dentro del club. Eso se mantuvo, pero es verdad que desde la pandemia se ha perdido un poco. Obviamente hay una confrontación muy fuerte de la afición con el presidente y nosotros al final no deja de ser nuestro jefe y eso hace las cosas mucho más complicadas. Tu te puedes poner al lado de la afición, pero entonces te estás poniendo en contra de tu jefe. Y al revés igual. Es complicado para nosotros.
¿Cómo estáis viviendo el fútbol de ahora con los PCR, los contagios…?
Te acabas acostumbrando. Nos han hecho muchísimos PCR y te acabas haciendo a ello. El fútbol ha perdido muchísimo porque es de la afición, esto es totalmente diferente. Pero esperamos que todo cambie otra vez. Hay que adaptarse y esperar que se pueda volver a la normalidad.
Test rápido: ¿Cuál es el momento más emotivo que has vivido en el Rayo?
El ascenso (ante el Lugo).
¿Y el más duro?
El descenso. Nosotros fuimos a Levante con todo, a intentar ganar porque nunca hay que perder la esperanza, pero es verdad que se habían puesto las cosas muy complicadas… Aún así te digo una cosa, fue mucho más bonito el ascenso que duro el descenso porque lo fuimos asimilando un poco antes. Íbamos a muerte en todos los partidos, pero te vas dando cuenta de que la situación se pone complicada. El día del Levante fue muy duro y la semana de después, igual.
¿Quién es tu mejor amigo en el vestuario?
Martín, Isi… Hay unos cuantos. Me llevo muy bien con todos. Tenemos un vestuario impresionante. Todos vemos por el equipo y vamos a muerte, con compañerismo. También lo tuvimos el año del ascenso y del descenso… Aunque cuando las cosas van mal es verdad que es mucho más difícil tener un vestuario unido. Pero este año tenemos uno súper unido y esa es una de las claves para poder ascender. Si seguimos así, viendo más por el equipo que por nosotros mismos podemos hacer algo bonito.
¿Quién es el más loco? ¿Y el qué pone la música?
Bebé. Lo que pasa que ahora mismo no hay ni música en el vestuario porque no podemos estar. Están todos muy calmados. También Advíncula pone mucha música.
¿Qué compañero te ha impresionado más en el Rayo?
Para mí, el año que llegó, porque fue cuando lo vi por primera vez, Trejo. Era impresionante, estaba a otro nivel, por encima del vestuario y de la categoría.
¿Y el rival más duro al que te has enfrentado?
El Barcelona en el Camp Nou.
¿Algún jugador en concreto?
Te diría Messi… Pero te voy a decir otro por no ir a lo fácil. También Modric, no sabía cómo cubrirlo.
¿El campo en el que más te ha impresionado jugar?
El Bernabéu.
Una última… El objetivo esta temporada es el ascenso. ¿Ahora mismo firmarías el playoff?
No, ahora mismo miro al ascenso directo, no te firmaría playoff.