Un conocidísimo comentarista, escritor, entrenador, futbolista y campeón mundial dijo que el futbol es un estado de ánimo.
Puede serlo, pero otro dijo que “el fútbol es así”, otro que los partidos duran noventa minutos y que no hay rival pequeño y así hasta que se rellenan líneas y líneas explicando lo inexplicable, excusando lo inexcusable o previendo lo imprevisto.
Lo que nadie puede negar es que en los partidos de fútbol quien los gana es quien mete un gol más que el otro en puerta ajena.
La derrota en Cádiz del Rayo Vallecano podía entrar dentro de lo previsible con unas premisas evidentes, equipo agotado versus conjunto fresco, escuadra atascada contra entente necesitada y renovada.
Luego la señal que manda la pantalla es otra, el equipo compite bien dadas las circunstancias, tiene intención, resiste hasta que un punto de inflexión lo descabalga y lucha hasta el pitido final.
Si Sigmund Freud levantara la cabeza y viviera en Vallecas se estaría frotando las manos con sesiones de psicoanálisis.
Tras Mirandilla pasarán por el diván delantero y portero, dos piezas indispensables en un equipo de fútbol.
Que Sergi Guardiola no atraviesa por una buena racha de cara a gol no es una sorpresa, pero ayer su mente le jugó una mala pasada. Camisetas moradas que le recordaban al violeta, Sergio en el banquillo rival, San Emeterio y Alcaraz como rivales y aquella asistencia de gol en Zorrilla para Luis Suarez que mandó a los suyos a segunda y terminó con él en Vallecas y los citados en Cádiz.
Guardiola trabajó, apretó y bregó como siempre pero mandó arriba el regalo de Álvaro García para golear y perdió de vista a rival y balón en el tanto que su amigo Rubén anotó para los morados.
Luca Zidane había superado la sombra alargada de su padre y se había hecho un hueco en el corazoncito de los rayistas pero ayer no tuvo su tarde. Se debatió durante todo el partido en el “salgo o no salgo” y la duda que lo mató en el primer gol cadista lo empujó a salir en el segundo en un balón que iba fuera y puso en los pies de Idrissi que estuvo a punto de mandarlo fuera.
La franja siguió hacia adelante, rendirse no es una opción y Bebé, Nteka, Sylla, Guardiola y Álvaro García cercaron la portería de Ledesma .
El Rayo produce juego, llega con frecuencia al área rival pero se le hace pequeña y la portería, mínima.
Es el momento de que Mr. Marshall aparezca y Falcao, acertadísimo en su arranque como rayista aporte los goles que dieron Trejo, Álvaro, Isi, Guardiola y Nteka y en 2022 en liga solo han podido dar Balliu y Fran García.
Se nos está poniendo cara de Pepe Isbert.