
“No puedo trabajar fuera debido a la intensidad de la luz” (Claude Monet… y quizá Xavi Hernández)
¿Demasiada luz?. Demasiado calor. ¿Un campo demasiado largo?. Demasiado foco (mentira, la victoria de la franja sobre el Barcelona no fue portada en ningún lado). Demasiadas expectativas.
No se puede decir demasiado cuando un equipo derrota a otro por 4-0. Quizá que la luz al final del camino hacia Europa se vio obstaculizada por los tacos de Florian Lejeune.
El Rayo despertó del sueño con la misma intensidad que Max Schreck, el Conde Orlok en el Nosferatu de 1922 ,lo hizo de su ataúd. Al buen actor berlinés le hicieron un homenaje a su manera en Batman Returns a través de Christopher Walken, casi nada al aparato. Al caballo blanco le hicieron un traje.
Fue una pena, porque la franja empezó el partido dándose un homenaje a si misma, incluso al Unión Berlín, su versión alemana a la que imitar. El partido era divertido. Los locales disfrutaban de alguna opción y los visitantes amenazaban a través de Isi, Álvaro, Comesaña. El temblor de la zaga ilicitana parecía advertir la llegada de goles en cualquier momento, pero en un par de minutos trágicos todo se fue al garete.
El quinto saque de esquina del Rayo Vallecano, el tercero consecutivo fue una trampa mortal. Catena intenta contactar con la pelota en el área chica y Boyé, a la desesperada lo barre. La acción es “difícil” de ver. Dos tallos, uno con camiseta blanca y otro negra con franja fosforito y dorsal rosa y un árbitro delante. ¿Penalti? Roja y expulsión.
Como en la peor de las pesadillas, cuando los visitantes dejaron de rasgarse los ojos se vieron con un jugador menos. Lejeune va a disputar un balón dividido presentando los tacos, dando un saltito para hacerlo más espectacular y asegurándose de golpear con un pie el tobillo del rival y con otro la rodilla. Todo un win-win , vaya.
Melero, cegato para ver la pena máxima a Catena necesitó del VAR para dictaminar la expulsión. Eran malos y ahora más, con mejor sueldo y mayores comodidades. Hechos, no opinión.
Los hombres de Iraola mantuvieron el tipo hasta que, crueldad extrema, lo perdieron al borde del descanso. Bueno, lo perdió.
Lo mejor que se puede decir de la escuadra franjirroja es que es un bloque, pero ayer los errores individuales lo sepultaron. Sus centrales, probablemente mas fuera que dentro de Vallecas la próxima campaña, brillaron con luz propia el miércoles pero fuera del foco, o quizá no enfocados, se apagaron. Catena pareció querer igualar a Lejeune. Lo superó. A la salida de un córner, Alejandro pierde la marca por primera vez y Tete Morente se impone a Fran García para anotar el primer gol.
Camello pudo empatar antes del descanso, pero no era el día.
El Santa Inés recuperó su luz en la salida de la segunda parte. Los jugadores del Elche, parecían diez en la cancha y los de Iraola amenazaron con empatar hasta que Catena perdió la espalda por segunda vez. Gol.
Saque de centro, balón para Dimi, patadón en largo, disputa, pérdida, balón profundo de Gumbau y Mumin que indica despertar a Catena gritando como Lady Gaga “Alejandroooo”. El cinco se ha comido un balón terrible y Fidel Chaves (con ese “naming” debería jugar en Vallecas) anotó el tercero.
Iraola solicitó para él la declaración de zona catastrófica. Como no lo consiguió, lo cambió en una triple sustitución que evitó un fusilamiento del casi 3 de mayo. Grande Andoni.
Lo de que Gumbau, zurdísimo, te anote el cuarto solísimo y con la derecha era de esperar. Saveljich, que batalló como el Cid después de muerto, vio una tarjeta en el banco.
Cayó algún larguero, más palos en la búsqueda del quinto por el Elche. Alegría esperanzada en los locales y petición de hora por los visitantes a los que, como Iraola anunció en la previa “les iba a costar”. Les costó.
Al equipo se le fundieron los plomos, se le apagaron la luces y todo lo que podía salir mal lo hizo.
Cero drama. Una mala tarde la tiene cualquiera. En una campaña sensacional en la que no pierdes con el previsible campeón de Liga sino que lo ganas, superas al vigente campeón de Europa y sacas la bandera en el Metropolitano, Cerámica, Pizjuán entre otros tampoco hay que volverse locos.
Europa puede estar en la Avenida de la Palmera, en la final de Copa o en el partido ante el Betis, pero no conviene perderse antes de tiempo. En Elche, será por palmeras, el Rayo se perdió entre rotondas y desvió del camino. El jueves vuelve a casa, de noche, con luces y veremos si con los rayos ultravioleta que aporte el Valladolid.
PD: Está crónica debería haberse llamado “Blinding Lights” pero lo tenía pillado The Weekend .
