“Una bofetada a tiempo es una victoria” (Refrán del siglo XX hoy en desuso)
El R.C.D. Mallorca se impuso en Vallecas al Rayo Vallecano por dos goles a cero en el estreno de los de Iraola como locales. Pareciera que la franja quisiera invertir la tendencia de la campaña pasada para convertirse en equipo fiable a domicilio y endeble en casa. No creo que sea plato de gusto para nadie, bueno, quizá para alguien sí. Quizá le conozcan. Bah, seguro que sí.
El caso es que para que el equipo de Javier Aguirre se llevase la victoria tenían que ocurrir un montón de cosas y vaya si ocurrieron .
Debía suceder, para empezar, que su jugador mas en forma no estuviese presente. Isi Palazón se rompió y parte del encanto del costado derecho de la franja se resintió.
Tenía que pasar que la revelación de esta campaña, Pathe Ciss cometiera su primer error de bulto de la campaña. Pasó.
Mas difícil era imaginar que el líder del equipo, Oscar Trejo, jugase mal. “El vasco” Aguirre, diablo que sabe más por viejo que por diablo sabía que eso no iba a ocurrir y caviló como frenarlo. Astuto como él sólo consiguió minimizar la master class del Chocota a base de empujones, patadas, tirones y olor a linimento Sloan mientras que Sánchez Martínez gesticulaba mucho pero permitía todo. El cansancio físico se unió al mental y el capitán del conjunto franjirrojo casi agradeció el cambio, con un efecto túnel que a base de golpes frenó su visión. La primera media hora de Óscar fue para enmarcar, pero ese regate que todos adoramos fue justo lo que esperaba el mexicano. Con el ideólogo en el banquillo. costó más.
Podría pasar que Camello perdiera el primer balón que tocara, que Santi regalara su primer toque al contrario, que Bebé fuese taponado, que Nteka fallase un pase sencillo o que a Pozo, el primer balón que le llegara le pasara por debajo del pie como le ocurriría a cualquier aficionado. Los cambios tampoco funcionaron, oiga.
Todas estas cosas ocurren en fútbol, como el pase regulero de Unai a Pathe y el despiste fatal del senegalés que concluyó en el 0-1 de Muriqi, el mismo asesino silencioso que incordió a Balliu para que este fallara en su despeje provocando el 0-2 de Kang-In Lee .
Cualquiera diría que con tal cumulo de desgracias y errores era imposible ganar, pero el Rayo lo intentó, recordó durante algunos ratos al Dr. Jekyll del año pasado hasta que finalmente Mr. Hyde se impuso.
El destino ha sido tan caprichoso que ha llevado a mezclar en estas líneas a Robert Louis Stevenson, autor también de “La Isla del tesoro“(Payaso Fofó y sus puntos en 2021) y al clan Corleone, que aplicó como ningún otro la filosofía del título de esta crónica.
“Nada personal. Solo negocios” es lo que ejecutaron con la eficacia de un sicario el kosovar Muriqi y el “consigliere” surcoreano Kan-In “Vincenzo Cassano” Lee (busquen Vincenzo en Netflix, se sorprenderán, se lo explicarán y lo entenderán).
“Nada personal. Solo negocios” es lo que lamenta, clama, reclama y protesta la afición en relación a la lesa humanidad de la gestión de recursos, instalaciones y personas por parte del presidente del club en todo lo que afecta al Rayo.
La triste paradoja es que la gestión , tan impersonal como personalísima hace que lo que se soñaba como una fiesta en el regreso a casa se haya convertido, derrota mediante, en un procesión de creyentes rayistas que no dudan sobre su capellán Iraola sino sobre el resto de seres de la sacristía que, paralizados a la espera de una señal del sumo sacerdote ven como los refuerzos no llegan y cada nombre que se filtra, se anuncia o se proclama termina cansándose de esperar y firmando por otro club.
Quizá una bofetada a tiempo sea una victoria . Lo veremos a partir del 1 de septiembre.