Cuando seas padre comerás huevos (Refrán popular)
El Rayo Vallecano sigue procrastinando en su plan de celebrar su centenario en primera división y empató a dos goles con el Girona en la antesala del día del padre ante la presencia de uno de ellos, Míchel, como entrenador visitante.
“La ocasión la pintan calva” debió pensar mi hija cuando se propuso conseguir dos entradas para sorprender a su progenitor.
Pudo salir bien y de hecho,los asientos de lateral baja, primeras filas bajo la afición visitante parecieron ideales. Lo fueron cuando vimos en el ángulo perfecto perfilarse a Isi para anotar uno de sus “Palazonazos” que terminó en gol y reclamo para Luis de la Fuente.
Lo fueron cuando nos dimos cuenta de las dudas de Mario Hernández e Isi, la extraña pareja, para cerrar la banda, permitir un centro lateral que terminó en paradón, rechace y gol visitantes.
Lo fueron cuando divisamos a Trejo volver a ser él mismo fintando, recortando y reventando el arco visitante con un tremendo chut cruzado.
La parecieron cuando el árbitro marcó penalti, Trejo lo falló, el trencilla ordenó repetir y Óscar, conchavado con Isi quiso hacer el gol de año. El capitán piso el balón para el murciano que con casi todo a favor disparó fuera.
La fiesta se convirtió en drama y una primera parte muy vistosa dio lugar a una segunda en la que el Rayo se puso de perfil, fue transparente y dimitió del partido de un modo tan escandaloso que pareció increíble que el Girona tras empatar de bueno no se llevara el choque.
Tras el descanso soñábamos emocionados con las cabalgadas de los García por nuestro lado, con los corners de Isi y con los remates de RDT pero solo hubo uno de cada en el segundo acto y una especie de sorda angustia, de inesperada incomprensión de como el séptimo de caballería se convertía en una escuadra temerosa, imprecisa e insegura.
Para tranquilidad del personal terminó el choque al menos en empate con la bonita sensación de que queda un partido menos para seguir en primera y la triste de que se escapa otra bala para soñar en Europa.
Como le dije a mi hija ante su decepción y pensando en Oscar e Isaac, la intención es lo que cuenta.
