El ser humano es un hommo musicalis. Todo quisqui lleva una melodía aparejada, como los futbolistas cuando entran en el estadio con sus auriculares último modelo.
En ciudades como Madrid es difícil percatarse de ello y en barrios como Vallecas, más. Con tanta densidad de población ir por la calle es como ir sintonizando una radio vieja, no te enteras de cual es la música de cada cual.
La vida, por eso, te da sorpresas. ¿Quién iba a imaginar que Thiago Manuel Días Correia, número 10 de la Agrupación Deportiva El Rayo, iba a ser fanático del K-Pop o pop coreano?
El Rayo Vallecano- Real Zaragoza tuvo también música propia con tintes de gran opera tuvo momentos de Rhythm & Blues, Rock and Roll y hasta opereta bufa.
Empezó golpeando Narváez y en Vallecas sonó Wagner. Pura herejía. El gol para los maños era puro Vivaldi, pasaban los minutos y sonaba “Se dejaba llevar” de Antonio Vega en los corazones melancólicos de ambos equipos.
La cosa fue a peor. Un desgraciado despeje se convirtió en autogol por un implicado Álvaro García. Sonó Julito Iglesias, ay, y “La vida sigue igual“.
Entonces Bebé hizo “On“. Lanzó un balón al palo y el Rayo se acercó a su redención. Thiago pulsó el botón del ampli y mientras el balón rompía las mallas , perforaba el muro y rompía los cristales del 103 que subía Payaso Fofó, todos escuchamos a sus coreanos BTS cantar:
Incluso si caigo, me levanto al instante y grito
Así es cómo siempre hemos sido
Incluso si me caigo de rodillas al suelo
Mientras no sean enterradas
Eso no importará
En el descanso, sus compañeros pidieron traducción a Bebé y el portugués entonó más estrofas
Gana, pase lo que pase
Gana, pase lo que pase
Gana, pase lo que pase
No importa lo que tú digas, lo que hagan
Me importa una uhh
Me importa una uhh
Me importa una uhh, sí.
Así, la escuadra de Iraola, que pareció “sfumata” como un cuadro de Da Vinci durante la primera media hora salió a la cancha convertido en un “fresco“, la defensa maña bailó una jota tras el rechace de un balón disputado por Guerrero y Catena, alma de rematador en cuerpo de central , remachó a gol para obtener el empate.
La remontada estaba cerca y aquello terminó convirtiéndose en una zarzuela, mas concretamente la Verbena de la Paloma
Vigaray :
¿Dónde vas con mantón de Manila?
¿Dónde vas con vestido chiné? (Golpea de cabeza y el balón queda corto),
Álvarito:
A lucirme y a ver la verbena (Picadita por encima de Christian Álvarez y gol. 3-2)
Y a meterme en la cama después.
Hasta a Tomás Bretón hubiera firmado la acción.
Tras el gol , la megafonía se atascó y hasta el final sonó en bucle el clásico de Europe “The final countdown“.
No hubo tiempo para más, Bebé hizo un chasquido con los dedos y BTS, grupo coreano nominado a los Grammy que se entregan mañana gritó por los altavoces
Donde yace mi dolor
Déjame tomar un respiro
Mi todo, mi sangre y lágrimas
No tengo miedo, estoy cantando: Ooh
Oh, estoy asumiendo el control
Deberías saberlo, sí
No puedes detenerme, porque sabes que soy un luchador
Grande Bebé, es pura “Dynamite” .