
“La falta de gol ahoga al Rayo”
El Rayo Vallecano empató 0-0 ante al Reus en la vigesimo octava jornada de la Liga 1│2│3 en el encuentro que supuso el debut de Míchel en Vallecas como entrenador del primer equipo. Nueva ocasión en la que lo sucedido en el graderío volvió a ser relevante.
Protagonismo en la grada
El partido arrancaba con la novedad de Jordi Gómez en el centro del campo en lugar del lesionado Baena. Asimismo, Aguirre volvía a la titularidad después de cumplir su partido de sanción en detrimento del guineano Lass Bangoura.
Partido en el que el Rayo debía volver a manejar la ansiedad del descenso ante su afición, una hinchada que tenía la vista pendiente en el palco. Era totalmente imposible abstraerse de lo que estaba pasando sobre las gradas del Estadio de Vallecas y centrarse en un partido en el que los de Míchel se jugaban tres puntos para salir de los puestos de descenso a Segunda B.
En ese sentido, la primera media hora de partido transcurría con los clásicos cánticos en contra de Presa, con la grada más centrada en ese foco que en el césped. El punto álgido se vivió en el ecuador de la primera mitad cuando las recriminaciones de los aficionados se toparon con los reproches de Luis Yáñez, Director General del Rayo Vallecano. Yáñez se encaró con un aficionado que protestaba en las inmediaciones del palco. Ese aficionado es uno de los 10 querellados por la Liga, el mismo que leyó el comunicado de la afición el día del Almería. Los miembros de seguridad del estadio y la seguridad privada del Presidente Martín Presa tuvieron que intermediar.
Con ese ambiente tan cargado y enrarecido, con el ‘Presa vete ya’ entonándose constantemente, el rendimiento deportivo sobre el césped se tornaba complejo. El Rayo tenía el control del partido, tenía la posesión del balón con un Trashorras cómodo ejerciendo las veces de cerébro de un Rayo que pese a tener profundidad por banda, se encontraba atenazado, y tan solo tuvo un par de ocasiones claras en la primera mitad, un cabezazo de Ebert al comienzo del partido y un remate de Javi Guerra cuando ya suspiraban los primeros 45 minutos, un balón que Embarba no encontraría para poner ventaja en el marcador.
Un equipo atenazado
El segundo tiempo arrancaba con la misma tónica con la que finalizó el primero. El Rayo quería el balón y trataba de implantar el toque como sistema de juego ante un Reus siempre intenso en defensa y dejando pocos espacios para el control rayista.
Pero este Rayo tenía hambre, quería el partido, pero no aparecía en la segunda parte como ya pasó en Getafe una semana antes. Ebert volvía a gozar de una ocasión de gol en el ecuador de la segunda mitad con un zapatazo desde casi 30 metros que golpearía con violencia el palo derecho de la portería defendida por Edgar Badía. Minutos después sería Javi Guerra el que gozaría de otra ocasión. Y poco más.
Lass entraría por Aguirre que no brilló como suele acostumbrarnos y Manucho saltó al campo sustituyendo a Jordi Gómez, que dejó buenos minutos sobre el césped de Vallecas. Con estos cambios, Míchel buscaba la anhelada victoria. Tres puntos que no llegaron y que condenan al Rayo a seguir sufriendo para lograr la permanencia.
Los últimos minutos se vieron a un Rayo con más corazón que cabeza, con más intención que claridad en el juego y con la tensión latiendo en los músculos de los futbolistas. El gol de la victoria no llegó y Míchel tendrá que esperar al menos una jornada más para lograr su primer triunfo.
Con este empate el Rayo acumula una sola victoria en los últimos 11 partidos disputados de Liga. El punto cosechado ante el Reus saca momentáneamente al Rayo de los puestos de descenso. El próximo partido será el domingo 12 marzo en Cádiz, en uno de los partidos más esperados por ambas hinchadas.
