LA CONTRACRÓNICA
Os contaré un secreto. Martin es del Rayo Vallecano. No, Martín, no. Martin. Scorsese, leñe. Para los que no hayáis visto “El irlandés ” por pereza, no tener Netflix o simplemente por mal gusto, el partido de El Alcoraz convalida noventaytantos minutos de las más de tres horas de metraje de la peli. Tengo mi opinión al respecto, pero os dejo a vosotros decidir quién es Pacino y quien De Niro, quien es Hoffa y quien Sheeran. Porque hoy se encontraron en Huesca, Jemez y Michel, Jimmy y Frank, el líder del sindicato y el líder en la sombra que se hizo mayor.
Todos sabemos quién en esta historia es Russ Bufallino. Lo dejaremos ahí porque a Joe Pesci no le llega ni a los zapatos.
Jimmy y Frank se quieren pero hoy sabian que se podían hacer daño y que en caso de no lastimarse algún Tony Pro se aprovecharía del empate.
Aún así se dieron varios avisos hasta que Pozo se hartó y disparó casi a quemarropa para herir al Huesca (0-1).
La fiscalía pudo enterrar definitivamente a los oscenses pero el juez hizo la vista gorda con el VAR, obvió un penalti y el defensor azulgrana se acogió a la quinta enmienda.
Tras el receso la escuadra franjirroja de nuevo atosigó a la local. En una emboscada Pozo volvió a disparar a matar y a recordarnos que todos los jugones sonríen igual (0-2). Al pobre no se le veía esa cara desde su anuncio del Cola Cao.
Aunque el Huesca nunca rebla, aquel traje de cemento se le hizo muy grande a la banda de Michel.
La seguridad del Rayo fue por fín la de una gran familia y no permitió sorpresas a pesar de recibir fuego cruzado. Por fin disfrutamos de la Cosa Nostra.
Terminó el duelo y los jefes de ambos clanes, sean sindicales o mafiosos hicieron las paces con un abrazo fraternal. Esperemos que vuelvan a verse en Vallecas. Será la mejor señal para todos. A Michel siempre le besaremos el anillo.