EL TERCER TIEMPO
Zasca con fundamento. Golpe de realidad. Caída de la nube en la cual estaba fluyendo el Rayo Vallecano para poner los pies en el suelo, para saber dónde estamos y cuál es la realidad de este equipo. Póngale los adjetivos que quieran, llámenlo como más les guste, pero la derrota ante el Leganés ha hecho daño.
Bajen a la tierra
Que el Rayo Vallecano sea uno de los mejores equipos de 2019, que haya encadenado 5 partidos sin perder en los que ha sumado 13 de 15 puntos, no es lo habitual, por mucho que no queramos verlo. Aun así, y a pesar de la derrota contra los vecinos pepineros, los franjirrojos han logrado 13 de 18, que no está nada pero que nada mal.
El Leganés nos hizo bajar a la tierra. No sé cómo lo veis, pero el equipo empezó como si ya fuera a ganar por inercia, como si ya fuésemos el Barça y fuésemos a ganar sí o sí. Algo muy parecido a lo que le pasó al equipo contra la Real Sociedad: no puedes dejar de sumar tres puntos como local cuando vas ganando 2-0. Del mismo modo que no puedes perder un partido que logras empatar cuando quedan cinco minutos para el final y tu rival tiene un jugador menos. Y encima de córner, mal defendido, pésimo, triste y hasta ridículo.
El Leganés jugó con oficio, de hecho, me atrevería a decir que Pellegrino le ganó la batalla a Míchel. Le entregó el balón y defendió muy bien por arriba. Qué estéril es este Rayo en el juego por alto, y cuanto sufre en defensa. Me reservo para otro día el análisis del juego por alto y las jugadas a balón parado que recibe el equipo, porque eso es de traca.
Quizás, la lección que tiene que aprender este equipo y esta hinchada, es que hay que pelear cada minuto de partido como si fuese el último. Que no se puede regalar nada, por que no somos un equipo campeón, mal que nos pese.