El Rayo Vallecano Femenino está sufriendo una situación crítica. La sección más laureada de la historia del club ve como día tras día es tratada de peor manera por parte de su propio club. Las condiciones para ejercer su profesión son mínimas y solo piden dos cosas, dignidad y respeto. Ante el Real Madrid decidieron no jugar los 30 primeros segundos del partido y sacaron un comunicado en la AFE, un grito de auxilio para denunciar su situación.
El Rayo Femenino es la sección más laureada de la historia del club, campeonas de tres Superligas consecutivas (2008-2009, 2009-2010 y 2010-2011), campeonas de la Copa de la Reina (2007-2008) y el primer equipo español en llegar a cuartos en Europa. Eran el mejor equipo de España, pero temporada tras temporada se ha dejado de invertir en la sección. Las guerreras franjirrojas han pasado de luchar por la Liga a pelear no solo por la permanencia, sino por sobrevivir día tras día y jugadoras como Alicia, Natalia Pablos o Cristina Auñón han sido un ejemplo de ello.
La temporada pasada fueron el equipo con menor presupuesto de la Liga, empezaron la competición tarde y la gestión de los desplazamientos no era la adecuada. A pesar de todos los problemas, el equipo se salvó y consiguió la permanencia matemática a falta de dos jornadas, gracias al trabajo de las jugadoras y de Carlos Santiso. Este año cumplen su 19ª temporada consecutiva en la Primera Iberdrola y las cosas han empeorado. En pretemporada dejaron de entrenar porque no estaban dadas de alta en la seguridad, y esto provocó que se cancelaran las cesiones de ADT y Nuria Martínez, dejando una plantilla de apenas 20 jugadoras y que lucha día tras día por defender sus derechos.
Frente al Real Madrid denunciaron su situación no jugando los 30 primeros segundos del partido y sacaron un comunicado en la AFE donde pidieron condiciones básicas para ejercer su profesión en igualdad de condiciones. Piden contar con material básico deportivo, un gimnasio, un servicio médico, y un fisioterapeuta. Tener delegada, el año pasado estaba Abu, pero se decidió no renovarla a pesar de que ella, quiere al Rayo e incluso, se ofreció a trabajar gratis. Acceder al parking, que se gestionen bien los viajes y las comidas. Cobrar a tiempo, tener la equipación completa, y que el club pague los pisos porque sino muchas jugadoras acabarán en la calle. En definitiva, piden poder competir como se merecen.
Esta es mi primera temporada cubriendo al Rayo Femenino y en estos meses me he dado cuenta de que no estoy cubriendo únicamente a un grupo de jugadoras, sino a un grupo de guerreras, un grupo de personas que pelean día tras día por defender aquello que merecen. Desde las más veteranas como Pilar García, Paula Andújar, Patricia Larqué o Iris, hasta las recién llegadas como Laia Ballesté o Pauleta Sancho, unidas al resto del equipo. Jugadoras que podrían estar en otro club, más cómodas y sin preocuparse por los problemas extradeportivos, pero ellas prefieren quedarse porque quieren al Rayo, quieren a la Franja y solo piden dos cosas: dignidad y respeto hacia su trabajo.