Sumar 429 minutos de competeción oficial sin anotar gol, es un dato que comienza a inquietar a la parroquia franjirroja. Un equipo diseñado para estar en área rival, para atacar, para hacer un fútbol vistoso, …, pero que se encuentra atascado ante la portería rival.
Mucho gol, poco gol
Si hay algo en lo que estoy insistiendo estos días es en el hecho de que no podemos dejarnos llevar por los resultados, sé que es complicado porque el Rayo Vallecano acumula cuatro partidos de Liga sin ganar, pero insisto en que ni el Rayo de Oviedo era un equipo de Champions, ni el de ahora que no marca gol es un equipo mediocre. No. Seamos coherentes. Nos falta conocer dónde está el nivel de este equipo.
Lo cierto es que tras anotar Trejo el que en ese momento era el 2-0 ante el Numancia con el que se llegaba al descanso de aquel partido de la segunda jornada, algo pasó en los circuitos franjirrojos: la pólvora se mojó de manera súbita. Es más, los hombres de Míchel pasaron de llevar 5 goles en 111 minutos (una media de un gol cada 20 minutos) a la terrible racha que hacina en este momento: 429 minutos sin ver portería. Si algo pasó en el descanso del partido ante los sorianos no lo sé, pero sí sé que no debemos perder la cabeza y debemos templar los ánimos.
Al ataque
Un Rayo de Míchel que sale al terreno de juego con un esquema enfocado en la portería rival, con un fútbol valiente que trata de emular al Rayo de Jémez, y que en ocasiones genera un claro desequilibrio en el equipo y en el centro del campo, pero al fin y al cabo es el estilo que el técnico franjirrojo quiere para su equipo. Un estilo que en ocasiones deja expuesta a la defensa, y que por tanto, la única manera de templar esa situación de riesgo es anotando goles, muchos goles, como pasó en Oviedo y ante el Numancia, siendo esa la única manera de poder vencer en los partidos.
Pero claro, si no llegan los goles, la situación puede virar rápidamente y generar la temida dinámica negativa. Espero que no tengamos que llegar a tal extremo, y que el domingo ante la Cultural Leonesa se de un carpetazo al miedo de la falta de gol, ante un equipo, eso sí, que ahora mismo es el que más goles anota de la competición y el que más recibe. Quizás pueda ser por ello una buena piedra de toque para acabar con la pesadilla de la ausencia de gol, y que responda, por fin, después de más de 400 minutos sin ver puerta, a la execrable pregunta “dónde hemos dejado el gol”. Confío ciegamente en Raúl de Tomás y su asociación con Trejo para zanjar este vil asunto.