EDITORIAL
Hoy el Rayo Vallecano es mucho menos Rayo que hace semanas. El club franjirrojo ha perdido una persona esencial en su organigrama. Otro empleado que deja el barco rayista, pero no por su falta de sentimiento al club sino por una situación insostenible que hace que poco a poco quienes sienten La Franja se vayan.
Dimite el jefe de taquillas del Rayo Vallecano dimite tras doce años en el club
Enrique Ramírez las ha vivido ‘todas’ en los último años. Llueva, haga calor o nieve ahí ha estado él estos doce años; excepto en el último año y medio, donde ha estado en un ERTE. El jefe de taquillas del Rayo Vallecano siempre estuvo al pie del cañón durante la última década de la historia de la entidad rayista.
Enrique es el Rayo Vallecano. Seguramente, sino el que más, la persona que ha hecho más por el aficionado rayista. Ha estado ahí para explicar abonos, para ampliar unos minutos la venta, organizar autobúses; pero sobre todo para dar facilidades y soluciones al hincha rayista. Raro es la persona que no hable bien de Enrique o que no tenga una anécdota buena con él. “Tienes más paciencia que Enrique el taquillero del Rayo”, es una de las frases más típicas que te puedes encontrar en Vallecas.
Ha sido un empleado fiel, ha dado la cara por el club hasta cuando la entidad seguramente no tenía razón, ha tenido que exponerse a los medios de comunicación, ha sufrido alguna agresión, …, Incluso se hizo una cuenta en Twitter para ayudar a la afición con las dudas, y si no, lo hacía a través del correo electrónico. Era un empleado al servicio del club y el aficionado.
Preocupa la parte ‘humana’ que ha perdido el Rayo durante los últimos años. No es solo Enrique. Lo hemos vivido recientemente con Adrián Nombela (jefe de contabilidad), Paula Guitián (Comunicación), anteriormente con Juan Pedro Navarro (quien ahora ha regresado) o mucho antes otros empleados como Margarita, Víctor Alonso o María Yelamos. (Esto escribíamos hace cinco años sobre sus marchas). Con sus marchas, el club ha perdido humanidad.
Aquí no vamos a hablar de la causas de la salida de Enrique. Porque para eso ya habrá tiempo y seguramente ya muchos, o casi todos los rayistas, lo conozcan. Este texto es para darle las gracias. Queremos entonar el ‘altavoz’ de la afición. Gracias Enrique, el Rayismo siempre te estará agradecido. Nos vemos cada quince días en el campo de Vallecas, en esos asientos que tú bien conoces.
Foto: Rayo Vallecano