DE OTRO PARTIDO
Esta vez, un rival: Brazao.
El portero suplente del Albacete debutó en liga y fue el héroe del partido. Salvó la derrota en cuatro ocasiones claras. El Rayo mereció los tres puntos solo en el primer tiempo. En el segundo, el empate ha quedado como justo y, si los finales sirven de resumen, el manto del partido es que el empate es justo, y quizá es así por un castigo: que el Rayo no haya aprovechado las claras oportunidades que tuvo: la de Milic, la de Qasmi, la de Isi y otra de De Frutos.
EL REMAKE
Los errores y un sinónimo: los pelotazos.
Milic se afeitó y quizá está más liviano y llega antes al balón, pero es “El señor de los pelotazos”. La tira a cualquier lado, a veces, con suerte, a uno de su equipo, pero casi siempre son pases a la grada. Y después, los errores que se cometieron en todo el partido. Malas salidas con el balón, falta de comprensión con el portero (como la de Advíncula), fallo en las marcas y en los despejes (como en el gol del Albacete). En síntesis: cosas que son parte del ADN del equipo. Esperemos que las otras buenas que también están en su ADN se impongan, como ocurrió hoy.
LO QUE SE LLEVA EL OJO
Qasmi es el nueve.
Así como Dimitrievski es el portero, Qasmi es el nueve. Baja bien el balón, lo juega con inteligencia, hizo un golazo y le pone un criterio que al equipo le sirve más que el de Ulloa o el del ya lejano Piovaccari. A ver qué ocurre con Villar, por ahora tímido, como Isi.
El ojo se va también con algún detalle de De Frutos: un desborde con caño incluido y alguna arrancada con regates que no prosperaron. Tiene madera de crack. Hay que seguir tallándolo.
EL DIVÁN
Bienvenido, Luna.
Ha sido un partido desconcertante de Luna. Falló en las marcas, en el control de la pelota, no tiró bien los centros… Estuvo perdido, y eso que se movió con espacio y libertad (más estridentes fueron sus errores con tanto espacio y tanta libertad).
Se lo vio lento, cansado, como si hubiera jugado otro partido antes de este. Por todo, lo recibimos en la consulta. Isi está en la sala de espera.
EN DEFENSA DE…
Dimitrievski, sensación de no gol.
San Dimi, que en el 1-1 no pudo hacer nada, otra vez repitió sus cualidades: seguro y valiente por arriba (con manos y puños) y saliendo del área a cortar balones con el pie, en rol de central.
Además, sacó una mano descomunal para evitar la derrota. Desde esta humilde columna, pido que le den el brazalete de capitán.
Punto consuelo para el Rayo, que mereció los tres ante un Albacete inexistente, sin peligro, que buscó siempre el empate y lo consiguió. El mayor peligro para el Rayo fue otra vez el Rayo.