DE OTRO PARTIDO
El Girona no se dejó dos puntos. Se los dejó el Rayo.
En un partido que tendría que haberse ganado, apareció Álvaro García para dejar el marcador del Rayo a cero. No se entiende cómo en los primeros 15 minutos los franjirrojos no mataron el choque. Fallaron ocasiones clarísimas y eso les costó el empate. El Girona solo hizo faltas (el árbitro perdonó una expulsión, la de Manresa contra Antoñín en la segunda mitad) y Álvaro García transformó a Juan Carlos en una de las figuras del partido.
LO QUE SE LLEVA EL OJO
Los creativos y los previsibles.
El Rayo tiene una base de futbolistas creativos y otra de obreros de los que no se puede esperar que cambien el partido. Hay híbridos también. Iraola hace bien en alinear al equipo teniendo en cuenta a esos hombres que le aportan ideas, los que son distintos, vamos: Isi, Trejo, Pozo, Fran García (más tarde Bebe) y paremos de contar. Los demás son frotadores de la lámpara. Ni Advíncula, ni Martos, ni Catena, ni Valentín, ni Álvaro son creativos. Comesaña, Suárez, Andrés, Antoñín y Qasmi lo son a medias. En el primer tiempo el equipo tiró de los lúcidos, pero ellos no pueden hacer todo, y Álvaro García, que está teniendo más mérito físico que mental -y al que Iraola lo está aguantando muchísimo- se cargó el triunfo. El ojo se lleva esas contradicciones entre dos grupos que no llegan a ser uno.
ENVUELTO PARA REGALO
Álvaro García, un puñal de goma por la banda.
Rápido, sí, pero horrible. No solo falló tres goles cantados (uno lo meto yo desde aquí escribiendo), si no que además tiró todos los centros mal, nunca hizo una pausa, se equivocó en los pases cortos y solo estuvo bien en una ayuda defensiva, corriendo hasta su propia área para evitar un centro. Ya no es mala suerte, lo siento. Es malo, suerte.
LA BOTELLA MEDIO LLENA.
Un punto y de nuevo a la cola de los playoffs.
Cuando se podría haber festejado el triunfo, se festeja otro empate del Rayo contra el Rayo. Y hasta se festeja que por suerte no se perdió. Por diferencia de goles con el Girona el Rayo acabó sexto y dentro de la pelea por ascender. La otra pelea es en la de buscar una identidad futbolística, es la pelea por ser un equipo contundente, no azaroso. Pero bueno, un puntito que sabe a gloria pequeña.
EN DEFENSA DE…
La voluntad de los del fondo y una gran parada de Luca, siempre atento.
La defensa está siendo puro músculo. Catena no tiene la efectividad que tenía cuando buscaba el gol (y lo conseguía); Velázquez comete errores; Fran García sigue siendo el distinto, pero menos distinto y Advíncula sigue en su línea: sorprendente más por lo malo que por lo bueno. Esa es la defensa del Rayo y, pese a tener calidades en horas bajas, cumple y funciona. Luca Zidane hizo una parada oportuna en el tiro libre indirecto dentro del área y estuvo bien cuando le tocó intervenir en centros o salir jugando. De momento, Dimitriesvski puede dormir tranquilo. O no.
Un punto que debió ser tres maquilla una mala estadística de visitante, pero el maquillaje es barato y deja ver la verdadera cara del equipo: un Rayo inconsistente que cuando tiene el partido para ganarlo fácil no lo aprovecha y después se complica y sufre tanto que termina agradeciendo el empate.
Yo no me complico más y termino agradeciendo la lectura. Saludos y hasta la próxima crónica.