DE OTRO PARTIDO
Cumplir con los deberes.
Ayer el Rayo Vallecano hizo lo que debía hacer, pero en el año, no. Y muy cerca, en el partido anterior, tampoco. La condena a otra temporada en Segunda ha sido propia: no busquemos excusas en las tantas lesiones ni en la pandemia, el parón. El Rayo está un año más en Segunda – Jémez lo ha reconocido en la rueda de prensa anterior a este último partido- por culpa del entrenador. Se encaprichó con algunos jugadores, varió siempre el sistema, castigó con suplencias absurdas a otros. No hubo un equipo, hubo varios y siempre uno desconcertante – fugazmente genial y rey del empate-, rotó todo el tiempo como si el Rayo estuviera jugando 10 competiciones a la vez; no apostó por una alineación y la defensa fue un carrusel permanente. No estar en los playoffs ya es un fracaso. Gracias, Jémez. No vuelvas nunca. El club ya experimentó contigo como tú has experimentado con la plantilla.
EL REMAKE
La lentitud y las eternas pruebas.
Otra vez un Tito intrascendente en lugar del malogrado Advíncula y pone a Adrián en la delantera. Experimentos conocidos en un partido clave. Valentín está desaparecido desde hace varios partidos y Suárez juega en cámara lenta. Se ganó, sí, de manera justa y contra un equipo horrible.
LO QUE SE LLEVA EL OJO
Trejo y la estética de Isi.
Alrededor de ellos dos -y de Pozo- tiene que estar el nuevo proyecto del Rayo. Son jugadores diferentes: Isi, para un equipo de Primera de media tabla; Trejo, para uno de Primera importante. Y Pozo, el gran ausente de este año, es otro que marca la diferencia. No hay que meterles Titos ni Milics ni Álvaros ni Jémez… Porque hacen su juego y el del equipo peor.
ENVUELTO PARA REGALO
Todos los empates anteriores.
No mucho más que agregar. Tantos puntos perdidos dan pena, y la rabia es haber quedado tan cerca de pelear por el tercer ascenso. Se cometieron muchos errores de todo tipo: tácticos, en jugadas puntuales, penaltis en los últimos minutos, el Rayo empató y perdió demasiado en casa… Regaló la estirpe, no defendió, con la grandeza necesaria, todo lo que este club significa.
EL DIVÁN ANUAL
Jémez y Álvaro.
Sin duda los dos mayores fracasos dentro del gran fracaso que significó ni siquiera estar luchando ahí arriba y, además, los que más visitaron la consulta en toda la temporada. El míster y su jugador fetiche. Álvaro parece que despertó tarde; hizo un gran partido contra Las Palmas y hoy marcó. Despertar tan tarde es otro de sus errores.
EN DEFENSA ANUAL DE…
Dimitrievski y Catena.
Los dos mejores en defensa de este año.
Y, después, aunque Jémez no le haya dado continuidad, Saveljich. Tito fue penoso; Saúl y Luna, intermitentes (más apagados que encendidos) y Advíncula, que no contó mucho para el míster, correcto pero con suspenso por ese penalti contra Las Palmas. Si decidiera irse, hoy me importaría menos.
Final de un año loco. Jémez es lo que ha sido siempre: un jugar a la ruleta rusa. Otra vez nos tocó la bala.
Esperemos que el nuevo proyecto sea más equilibrado, con los lesionados de vuelta y con un Rayo que realmente -y no virtualmente- aspire a estar en Primera. Gracias por las lecturas. Hasta pronto y ¡Aúpa, Rayo!
P.D. Felicidades a Míchel, eterno gran capitán, por su título con el Huesca.