DE OTRO PARTIDO
Medio Isi.
Cuando entró en un partido trabado, deslucido y muy aburrido, puso el fútbol que estaba dependiendo más del azar que del Rayo Vallecano o de sus individualidades. Centró perfecto a la cabeza de Qasmi en el 1-1, hizo una jugada individual que paró Mariño abajo con una mano fantasma, dejó detalles peligrosos. Isi fue el eslabón perdido en la cadena de imprecisiones.
EL REMAKE
El juego de espaldas a la portería contraria.
La estrategia conservadora, el toque cansino hacia atrás, la pared de humo, esa marca tan Jémez de querer salir jugando y regalar el balón, condenó al Rayo con el 0-1 después de una falta estúpida con los 45 minutos ya cumplidos. El Rayo no buscó el triunfo, esperó a que llegará por esas cosas del fútbol. Y llegó una derrota que, por suerte, finalmente viró en empate.
Además de esto, hoy el equipo fue una galería de chupones. Queriendo hacer la guerra propia, perdieron casi todas las batallas: Montiel, de Frutos, Martín, Villar y, en parte, Comesaña.
LO QUE SE LLEVA EL OJO
La alta posesión de errores.
El Sporting perdonó lo que el Rayo dejó que hiciera. En un momento el partido parecía un solteros contra casados después de una comida en la que los 22 jugadores se bebieron 30 botellas de vino y, con el postre, algunos chupitos de orujo. Descontrol insólito, pases mal dados, faltas infantiles. Sobre el terreno de juego todos parecían Álvaro García.
ENVUELTO PARA REGALO
Las bandas, sin marcas.
¿Por qué el Rayo deja tan libres las bandas en los ataques contrarios? Parece que jugara con algún hombre menos. Esto es una constante. En el ejemplo más claro, tuvo que salir San Dimi a cortar de cabeza un pase que casi lo supera. El Rayo se vuelve angosto por el centro y deja los carriles libres. Falta que pongan una alfombra y manden invitaciones para entrar en el área con total displicencia. Se tomaron muy en serio lo de la distancia social…
EL DIVÁN
Podrían ser varios, pero sin duda otra vez Álvaro.
Si no entraba Álvaro en el segundo tiempo, podría habernos visitado Villar, que habló más de lo que jugó, o de Frutos, que jugó su partido y lo perdió, o Valentín, nombrado menos que los recogepelotas. Pero Álvaro de nuevo brilló por su ausencia ausencia ausencia. Ya falla en el chute al balón. No tiró un centro bien, ni desbordó. Fue desequilibrante para el Sporting. Recostado en el diván, se mueve más que en el campo, aunque tampoco la pide.
EN DEFENSA DE…
Catena, San Dimi y Saveljich, los tres con grises.
Advíncula estuvo rápido e impreciso. Algunas veces, rápidamente impreciso. Saúl pasó sin pena ni gloria, y los tres del título demostraron ganas y fueron clave en muchas acciones defensivas. No se escondieron, pelearon y nunca dieron el partido por perdido. Sin que estuvieran brillantes, son los rescatables del fondo.
Un empate que, viendo el partido, se agradece.
Lo positivo: todavía más cerca del playoff, a un punto.