DE OTRO PARTIDO
El centro de Álvaro García y el gol de Andrés.
Aunque varios nombres podrían ocupar este párrafo, destacan esas excepciones que estábamos reclamando desde hace mucho: un centro bien tirado por Álvaro García y un gol de Andrés para terminar con un racha negativa de cara al gol, y de cara al fútbol. Centro perfecto -después de muchos ensayos malogrados- y cabezazo letal que dio el 1-0 y otra vez vida en el partido y en las matemáticas a un Rayo que de momento se nutre de lo hecho en casa. Como visitante es un equipo temeroso y desconocido; si rasca un empate es gracias a la fortuna. En Vallecas, por el contrario, el Rayo de Iraola no es un mero espejismo. Que este Álvaro centrando bien y este Andrés marcando (o dando asistencias claras como la del segundo gol) se hagan algo habitual. Sería un buen tratamiento contra la bipolaridad futbolística.
EL REMAKE
Muchas faltas, un penalti absurdo y pelotazos que son renuncias.
El Rayo se cargó pronto con tres amarillas. En el inicio dominó, después fue dominado -Saveljich no tenía por qué hacer ese penalti, el empujón era el último recurso o ni el pensado- y en el segundo tiempo volvió a ser dueño de un partido muy balanceado, con un Fuenlabrada más defensivo y un Rayo más generoso en los regalos. La contradicción, como otras veces, es jugar al pelotazo teniendo jugadores con tan buen pie: Pozo, Trejo, Isi, Fran García. El desarrollo del partido demostró que el toque y la paciencia eran las mejores herramientas, y no apostar a la lotería de los balones por arriba. Un apunte: la suerte rechazó más centros que los defensas franjirrojos.
LO QUE SE LLEVA EL OJO
Chocota y sus fotocopias.
Trejo hoy no fue uno, fue varios. Trejo, Trejo, Trejo, Trejo toca para Trejo. Por un momento se dividió los hemisferios cerebrales del equipo con Pozo, pero después fue todo un cerebro lleno de ideas que cubrió la lentitud de un Mario Suárez muy pasivo y de un Isi más trabajador que brillante.
Hizo un partido completo: entrega, ingenio, inteligencia, picardía, estética… Cosas que, unidas, valen tanto como un gol.
LA BOTELLA MEDIO LLENA.
El cambio de sección dio suerte.
Más relajados por no tener que asistir a la consulta, Álvaro García y Andrés fueron, por fin, protagonistas en un triunfo del Rayo. Nos alegramos, también porque ha sido una buena decisión cerrar el diván e inaugurar La botella medio llena; hoy, de champagne. Brindamos por ellos y porque sigan en esta línea. Ahora está vacía; pero somos tan optimistas, lector, que sigue medio llena.
EN DEFENSA DE…
San Dimi, en ti creemos.
Olvidemos el penalti y los descuidos en algunas marcas. La defensa estuvo tan presente que no se echó de menos a Catena. Fran García puede jugar muy bien o regular, puede dar asistencias o no, pero tiene una entrega de aplauso y mucho desparpajo: encara, confía en sí mismo, se equivoca y vuelve a confiar sí mismo. Álvaro García debería tomar nota, porque por su banda Fran hace muchas veces el trabajo de ambos. Velázquez, con una tarjeta temprana e injusta, también lo dio todo. No lo vamos a descubrir hoy. Tiene esa sangre de central sudamericano que le dicta subir, vestirse de delantero y por eso da al equipo una sensación de estar jugando con 14. Advíncula es imprevisible: rápido y con centros letales, torpe a veces en las marcas, poco claro sacando el balón pero siempre fundamental para este Rayo. Necesita continuidad, Iraola. Y detrás de todos ellos, damas y caballeros, San Dimi, que hoy fue el primero que empezó dándole el triunfo al Rayo, además de un sueño apacible a Saveljich. El penalti, mal ejecutado, no era fácil de parar, y San Dimi lo adivinó. Pero Dimitrievski no fue solo eso: intervino mucho por arriba, salió con valentía, coraje y nobleza a cortar balones complicados, hizo una tapada crucial en el segundo tiempo que evitó el uno a uno y sacó muy bien y rápido con las manos en la salida del balón. Atento, imponente, seguro y capitán psicológico, en una noche en la que Trejo estuvo memorable, para mí San Dimi ha sido la figura.
Tres puntos balsámicos contra un equipo espeso, conseguidos gracias a un trabajo laborioso y a la mano de un Iraola muy acertado en los cambios.
¿Otras buenas noticias? Un nuevo gol del eléctrico Antoñín y el regreso de Bebé en el descuento.
Nos despedimos con un deseo: ojalá que los dos Rayos sean pronto uno, el que vimos hoy, por supuesto.
¡Fuerza, Vallecas! ¡Aúpa, Rayo!