DE OTRO PARTIDO
Fran García, de nuevo con nosotros.
Recuperación mágica de un jugador que se iba a perder toda la temporada. Gran noticia y enorme aportación en su vuelta, porque aunque por mala suerte la pelota le dio en la mano y fue penalti (un calco del que no le pitaron al Rayo en Leganés), en el 1-1, antes del saque de esquina que provocó, hizo una jugada descomunal. Volvió a ser una pieza fundamental para el Rayo y se lo vio bien. Es un milagro que agradecemos y seguro que Carmona también. ¿Le hicieron las resonancias con el móvil?
LO QUE SE LLEVA EL OJO
Un equipo desarmado que supo armarse.
No hubo recuerdos luminosos. Pozo estuvo desaparecido, pero al fin apareció Valentín. Lo nombraron más, participó y fue fundamental en el mediocampo. El ojo se lleva chispazos. Algunas jugadas como la de Fran García antes del 1-1, el gol de Antoñín, destellos de Trejo y cortes de Velázquez. Jugando peor que en Butarque, el Rayo se llevó un partido en el que supo ir de menos a más y aguantar cuando bajó a igual. El ojo se lleva también que ellos tenían camisetas y algunas caras de equipo de Premier Ligue.
LA BOTELLA MEDIO LLENA
Golpeando la puerta de los playoffs.
Pese a la sensación tan indefinida de “sumamos-restamos”, el Rayo está arriba y con fuerza en los brazos para agarrarse a los puestos de ascenso. Viendo lo positivo dentro de lo negativo, el Rayo ganó un partido apretado en el que cometió muchos errores sin los cuales hubiera sido una tarde displicente. Pero este Rayo es como el espíritu del Rayo: nos hace sufrir hasta en los momentos de triunfo. Siempre con palpitaciones exageradas, el corazón franjirrojo nunca late tranquilo.
EN DEFENSA DE…
Un correcto Luca y etcétera.
Etcétera significa un gran Fran García, un Advíncula apresurado, un Velázquez contundente y un Catena que empezó mal, regalando pases y que luego fue consolidándose; metió la cabeza en el 2-1 y, por arriba, dominó el cielo lleno de balones.
Luca Zidane no hizo que se echara de menos a Dimitrievski. Controló los disparos altos y jugó bastante bien con el pie. No tuvo demasiado trabajo, pero el poco que tuvo lo hizo bien.
Iraola acertó al meter a Antoñín de inicio. Buena definición en el gol, activo y molesto hasta que le tocó salir.
Tres puntos sufridos y logrados por un Rayo al principio descoordinado pero luego compacto. Se ganó y el triunfo sirve para borrar el pesimismo matemático y darnos un puente tranquilo.
Gracias por la lectura rayista y hasta la próxima crónica.