DE OTRO PARTIDO
La defensa, solitaria.
Después de un homenaje al más grande de todos los tiempos, con una camiseta, música y una vela en la grada, empezó un partido que el Rayo tuvo que ganar, pero se le enredó. El equipo estuvo blando, sin ideas, quizá Iraola especuló con la clasificación y no sacó de inicio el mejor once. Muchos jugadores se borraron y, en ocasiones claras, el Rayo Vallecano no supo rematar: la primera de Isi y la segunda de Pozo. Se tendría que haber ganado, pero el pensamiento consuelo es “por suerte no se perdió”. La defensa propuso la actitud, pero no la entendieron ni el mediocampo ni la delantera. El Rayo fue un equipo roto y distante, sin conexión entre las zonas del campo.
LO QUE SE LLEVA EL OJO
Cerrando párpados por ocasiones perdidas y para no ver goles de ellos.
El ojo se cierra cuando el Rayo falla ocasiones muy claras, y en la oscuridad de su pequeña noche imagina el gol. Es un instante; el partido sigue. El ojo se cierra también para no ver gol de los contrarios; cuando se abre, el marcador sigue igual. Por suerte, y por la defensa.
LA BOTELLA MEDIO LLENA.
¡No seamos pesimistas! ¡Para eso, vamos a mentirnos!
La botella está medio llena, sí, sí. Se ha sumado un punto, el mediocampo lentísimo por la fallida combinación de Suárez y Comesaña, errático por los intentos de jugadas individuales, los pases mal dados y las faltas absurdas, por lo menos no ha sido decisivo en perder el partido. Y la delantera fantasma, con un Álvaro García en holograma y un Antoñín trabajador pero sin peligro, nos dieron un punto. Gracias. A no seguir así.
EN DEFENSA DE…
Los de atrás fueron la estrella.
Pero no iluminaron al resto del equipo. San Dimi, despierto; Velázquez y Catena; aguerridos; y los jugadores de banda, con sus altibajos, luchadores. Más tarde, Martín Pascual estuvo seguro en cada intervención. Pero el gran trabajo de la defensa no fue suficiente, el cortocircuito comenzó en el medio. Iraola convirtió el centro del campo en un experimento demasiado peligroso; primero con la fórmula lenta y después -Pozo y Trejo- con la creativa. Demasiado arriesgado el plan, y demasiado tarde.
Se pudo ganar, se pudo perder.
Ahora toca un rival difícil: el Leganés fuera.
Gracias por la lectura y hasta la próxima crónica.
¡Aupa, Rayo!