DE OTRO PARTIDO
Catena fue el 9 que le falta al Rayo.
En la primera mitad del primer tiempo, el Rayo creó más ocasiones que en casi toda la temporada. Luego fue dominado, jugó contra el Girona, los árbitros, los propios errores y las decisiones muy malas de Jémez en la táctica y en algún cambio. Sin embargo, ahí estaba otra vez Catena, un gladiador que anuló a Stuani cuando le tocó marcarlo y que cada vez tiene más gol. Después de su tanto, el partido se volvió pulso acelerado, taquicardia, suerte, una al palo y resistencia frente a un Girona dominador, que habrá lamentado, más que no haber conseguido el punto del empate, no haberse llevado los tres de la victoria. Pero el azar y Dimitrievski son así.
EL REMAKE
Cuando reina el caos y nadie busca el orden.
En un momento el partido fue un pinball. Pelotazos que le caían siempre al Girona, balones mal sacados de atrás, faltas cerca del área, poca presión a Mojica, que centraba a placer. Entre esos errores ya tan vistos, el 1-0 parecía cada vez más milagroso. El Rayo nunca tuvo el control; al revés: tuvo siempre el descontrol y, en ese entorno, el Girona no supo tomar el mando. El caos hizo grande a la defensa y a Dimitriesvki, en un equipo con un mediocampo que no fue ni un cuarto de campo (se notó la ausencia de Trejo) y con un delantero -Piovaccari- de una invisibilidad ya preocupante. ¿Es tan difícil, Jémez, corregir algo de esto cuando las repeticiones de fallos son tan pero tan evidentes?
VENTANILLA DE RECLAMACIONES
Un delantero.
La falta de gol es manifiesta y ya depende de que los defensas, además de intentar evitar goles, no tengan falta de gol. Jugar con un punta así (casi sin punta) es renunciar al ataque, al peligro; es salir a empatar el partido y depender de un defensa que intente un cambio de rol. Hoy, salió. Pero no se basar el juego en esto. Advíncula, Embarba y Tito desbordaron bien hoy, pero los centros iban todos a ellos, porque nadie se mostró, no hay referencia ofensiva. El Rayo es un equipo desarmado desde la foto antes del partido.
EL DIVÁN
Volvió Jémez y escuchó preguntas.
Hola, recuéstate. ¿Cómo has aguantado tanto a Piovaccari en el partido? ¿Cómo puede ser que el cambio haya sido Álvaro por Adrián y no por Piovaccari? ¿Cómo has hecho el cambio mientras lo estaban atendiendo a Dimitriesvki y no después, para ganar algo de tiempo con el 1-0? ¿Cómo, de repente, pasa Milic a marcar a Stuani y Catena se queda en una banda (aunque en el segundo tiempo esto se revirtió)? ¿Cómo no ves que el mediocampo es una zona regalada al Girona y no piensas en mover fichas allí? ¿Cómo no quitas a Óscar Valentín, sin rumbo en todo el partido? ¿Y por qué no jugó Luna?
El cambio urgente y primero tiene que ser la falta de inteligencia por el sentido común.
ENVUELTO PARA REGALO
Ocasiones claras, ocasiones falladas.
El Rayo saca el balón de manera aleatoria y no siempre sale bien. Las jugadas elaboradas en el tránsito de la pelota desde el portero hasta el mediocampo, muchas veces provocan más vértigo que los ataques. Como se ha dicho, Stuani envió una al palo y Borja García una por encima del larguero en una posición más clara que la de Stuani. El Rayo fue juego lúdico, de casino, y cuando tuvo alguna opción, en alguna contra esporádica como la de Marc Echarri casi en el final, la desaprovechó.
EL NÚMERO 12
Tarde de pulmones generosos.
Se gritó con tanta fuerza que el balón en los tiros del Girona quizá se fue del gol empujado por el aire de los cánticos. El estadio apoyó al fondo, volvieron las coreografías de bufandas y esa grada que, pese a alguna diferencia y a las distintas puertas de entrada, siempre es una. Sonido de animación envolvente hoy en Vallecas.
EN DEFENSA DE…
La defensa, literalmente, se viene arriba.
Hoy el Rayo fue la defensa y una parte de Pozo y de Embarba. Dimitriesvki, Milic, Tito, Advícula y Catena le dieron los tres puntos al Rayo y evitaron los tres del Girona. Con el portero ya no hay dudas. Sale por arriba, va al choque, hizo dos paradas que dejó a los delanteros del Girona con las manos en la cabeza durante casi un minuto y cortó todo lo que le tiró Mojica por arriba y por abajo. Mención honorífica para Catena, que se puso otra vez la camiseta del nueve que no está y marcó otro gol que debería hacer un nueve que esté.