DE OTRO PARTIDO
Trejo, el gran lector del juego.
Es nuestro Messi. El único que se le parece es Pozo, por desgracia, lesionado. Entiende el juego, estéticamente es memorable, hizo un partido de diez, igualando y por momentos superando al Trejo de la primera etapa en el Rayo. Se lo ve multiplicado, bien físicamente y rápido mentalmente. Es una alegría que ahora esté en su mejor momento desde el regreso. Hoy nos hizo disfrutar con calidad y la entrega lo premió con un gol agónico. En la semana, supimos que renovó con el Rayo. Lo quiero para siempre en este equipo.
EL REMAKE
Pese al gran partido, primer tiempo incierto.
El Zaragoza se jugaba quedar en ascenso directo y el Rayo, no descolgarse. Pero Jémez entendió esto recién en el segundo tiempo. Advíncula cansado es mejor que Tito y algunos jugadores -como Álvaro y Saúl- despertaron ya no de un mal primer tiempo, sino de un letargo que parecía infinito. Se cometieron errores en la defensa (el 1-0 fue un regalo sin marcas) y en muchas acciones individuale por querer terminarlas de manera individual. Los centros, como siempre, cortos o a la cabeza de ellos.
LO QUE SE LLEVA EL OJO
Villar es el 9.
Puede fallar y no participar mucho, pero apareció antes en momentos decisivos y hoy marcó dos golazos. Qasmi es inteligente pero se lo ve pesado y poco ágil; Ulloa nunca fue un nueve de área (le faltaba por delante alguien como Villar) y Adrián,
las muchas veces que jugó de falso nueve, no tuvo tanto gol. Además, el ojo se lleva casi todo lo que hizo Trejo, la gran jugada de De Frutos en el segundo gol y sí, por fin bienvenido al ojo, el gol de Álvaro. Bonito tanto de un muerto que esperemos -aunque tarde- sirva para devolverlo a la vida futbolística. También cabe en el ojo la internada de Isi en el gol que finalmente marcó Trejo, el cuarto.
ENVUELTO PARA REGALO
Las salidas en el primer tiempo y los dos goles de ellos.
El Rayo fue un equipo en el primer tiempo y otro dispar pero más lógico en el segundo. Cometió errores, se movió nervioso, faltó a la cita importante, salió mal con el balón, no marcó a nadie en el 1-0 y después se metamorfoseó: dominó el partido, resurgió de las cenizas de la derrota, tuvo la victoria cómoda y dejó que el Zaragoza soñara despierto con el empate, porque el segundo gol fue otra generosidad de Catena en la falta de marca. Partido esquizofrénico. Una ruleta rusa en la que bala no tocó.
P.D. Es necesario dejar constancia de un regalo del árbitro: la clara expulsión perdonada a Mario Suárez. Las cosas como son…
EL DIVÁN
Podría ser la defensa: Tito, Catena y Saveljich, pero no seamos pesimistas en esta noche tan grande.
Consulta abierta hasta el final del primer tiempo. Y cerrada después del partido.
EN DEFENSA DE…
Pese a los goles, Dimitrievski. Y Advícula.
San Dimi en los goles no pudo hacer nada porque la defensa no hizo nada. Pero estuvo valiente cortando centros, una vez más muy bien con los pies y recordemos un paradón en el segundo tiempo que mantuvo el triunfo.
Y Advícula, cuando entra por Tito, caminando ya genera más peligro, aunque sea un peligro psicológico. Corrió, peleó balones y controló bien la banda. Va y viene, la diferencia con Tito es la que tiene un chuletón de Ávila frente a la comida de astronauta. Pero Jémez, con Tito, sigue apostando por la conquista del espacio que a Tito siempre se lo ganó el Zaragoza.
En fin, un Rayo que se abraza más al milagro de las matemáticas. En la crónica pasada las invocamos y nos escucharon. Terminemos con el mismo ruego, a ver si nos da suerte:
Matemáticas, haced vuestra magia.