El pasado jueves, el Rayo Vallecano anunciaba un nuevo fichaje, el de Andoni Iraola como nuevo entrenador del primer equipo. A sus 38 años vivirá en Vallecas su tercera experiencia en banquillos profesionales, después de pasar por el AEK de Chipre y el Mirandés.
En su corta carrera como entrenador, Iraola ha demostrado la misma personalidad que le caracterizaba como jugador: alejado de los focos, pero siendo pieza clave del equipo. Los que le conocen aseguran que uno de sus puntos fuertes es la capacidad para liderar grupos, sacándole el máximo individualmente a cada jugador.
Con esto consiguió que el Mirandés, equipo recién ascendido a Segunda en la 19/20, estuviese en la semifinal de la Copa del Rey después de superar a equipos como Celta, Villarreal y Sevilla. Durante este curso, uno de sus principales objetivos ha sido el de formar un equipo valiente, atrevido en la presión, siendo ésta una de las señas de identidad que se han podido ver en el equipo de Anduva.
Aunque es importante liderar el grupo, también lo es mantenerlo unido, y Andoni es algo que ha conseguido en los dos equipos en los que ha estado al mando. También lo hacía cuando era jugador, ya que no hay que olvidar que durante 16 años fue jugador del Athletic, llegando a ser capitán. Conoce bien la liga y cómo funciona un vestuario.
En el vestuario del equipo vasco coincidió con entrenadores como Caparrós, que en la despedida del lateral le dedicó unas palabras. En ellas mencionaba cómo ya cuando era jugador iba más allá, queriendo estudiar a los rivales, y era el primero en pedir la alineación de los rivales antes de cada encuentro.
Como entrenador, su estilo es característico de los entrenadores modernos, centrados en la táctica y en la pizarra. Con sus equipos ha destacado el juego brillante con vocación ofensiva. Este tipo de juego es el que puede hacer que la afición rayista olvide una temporada marcada por lo extradeportivo, y que en lo deportivo no ha dejado mucho que recordar.