Al Rayo Vallecano le está costando sacar victorias en este comienzo de temporada. Durante 2018, en Primera División, tan solo había ganado tres partidos, y curiosamente en los tres, el rival vestía de azulgrana.
La primera de la campaña llegó frente al Huesca en El Alcoraz. Los de Míchel se llevaron los tres puntos a través de un golazo impresionante de Imbula en su debut. Después, tuvieron que pasar diez jornadas para que viéramos la segunda victoria del cuadro franjirrojo. Fue ante el Eibar en el Estadio de Vallecas, en un partido en el que el juego no fue nada vistoso, pero sí efectivo, y el encuentro terminó 1-0. Y la tercera y última se produjo contra el Levante por 2-1 antes del parón navideño. Tres victorias ante tres clubes con equipaciones azulgranas.
Además, frente al Barcelona (otro equipo azulgrana) el Rayo estuvo muy cerca de ganar. Sin embargo los de Valverde voltearon el marcador en los instantes finales.
Una situación al menos llamativa que el Rayo Vallecano rompió el pasado fin de semana cuando los de Míchel vencieron su primer partido a un equipo ‘no’ azulgrana: el Valladolid.