LA ESCUADRA
Si una palabra define el 2017 del Rayo Vallecano es agridulce. El sabor agrio de hacer las cosas mal, de verse en puestos de descenso, de despedir a empleados del club que se han dejado la vida en Vallecas, de no honrar lo que significa la franja para decenas de miles de personas. El sabor dulce de salvar los muebles en el último momento, de descubrir un entrenador que siente el equipo como suyo, de descubrir a un chaval que desde el centro del campo defiende al Rayo porque es su hogar…
Cierto es que hay cosas que parece que nunca cambiaran, pero por soñar que no quede. Como cualquier ciudadano de a pie que se propone dejar de fumar, hacer dieta, aprender inglés o ir al gimnasio, esta es la lista de propósitos para el Año Nuevo del Rayo Vallecano.
1. Reformar el Estadio de Vallecas
Parece que queda poco, que por fin los aficionados podrán acudir a animar a su equipo sin miedo a que se le caiga una piedra encima. Las obras de remodelación con un presupuesto de 1,8 millones de euros ya están aprobadas y todo indica que un Estadio de Vallecas digno está cada vez más cerca.
2. El ascenso
Soñar es gratis, y hubo un hombre que soñó que se podía llevar a un equipo muerto a los primeros puestos de la clasificación en apenas unos meses. De la mano de Míchel, este equipo cree, y la posibilidad de ascenso es una realidad. A un punto de los puestos de ascenso directo y a cuatro de la cabeza, la Liga Santander está muy cerca y, por si fuese poco, los próximos dos encuentros son en casa.
3. Continuar con un bloque sólido
Una de las claves del éxito es el buen ambiente dentro del vestuario. El equipo es una piña y así debe seguir si se quiere alcanzar el objetivo. 2018 será el año de muchas salidas y llegadas, como es habitual, por otra parte. Es probable que la solidez del grupo se vea amenazada por ello pero ahí es donde se debe notar la mano de Míchel desde dentro y de Cobeño desde los despachos.
4. Más apoyo a la cantera
El 2017 ha sido el año del adiós del profe Rubén, de la marcha de Juan Pedro Navarro, y de un largo etcétera de dolorosas despedidas en lo que al fútbol base se refiere. Si por algo se ha caracterizado siempre el Rayo Vallecano ha sido por su buena cantera, el orgullo de la afición y una buena fuente de ingresos para el club. Sin embargo, el apoyo ha ido decreciendo y las decisiones tomadas desde arriba han hecho peligrar la buena salud de uno de los bienes más preciados.
Es cierto que gracias al buen trabajo de los grandes profesionales que hay en Vallecas, el Rayo Vallecano B y el Juvenil A están completando una de las mejores temporadas que se les recuerdan, pero el 2018 debe ser el año de recuperar la salud del fútbol base franjirrojo.
5. La sección femenina también existe
Algo que la mayoría de aficionados tienen claro es que el Rayo Vallecano Femenino también existe, es hora de que el mensaje llegue a todos los niveles. Que se sientan como un estamento más del club. La afición se muestra orgullosa de sus chicas que defienden la franja y representan Vallecas por toda España.
Por ejemplo, como ya hacen habitualmente otras entidades del país, es hora de que el Estadio de Vallecas se abra también a la Liga Iberdrola para que todo el barrio pueda disfrutar de uno de los mejores equipos del país, capaz de vencer a todo un Atlético de Madrid y de plantarle cara al FC Barcelona.
6. Acercamiento con la afición
El eterno propósito. Todos los años lo mismo. Uno de los objetivos más difíciles de hacerse realidad. Más acercamiento con la afición, más sensibilidad… el Rayo Vallecano son sus aficionados. Sin los miles de personas que pueblan las gradas del Estadio de Vallecas domingo tras domingo no existiría el club. Es hora de que lo entiendan todos, del primero al último.
7. Mayor presencia en Vallecas y mejor comunicación
¿Cómo puede ser que un club que quiere estar en Primera división no tenga una tienda oficial en condiciones? ¿Cómo puede ser que no haya apenas señales de que en Vallecas hay un club de fútbol con casi 100 años de historia? La franja debería estar por todo el barrio, por todos lados… ser el orgullo de la gente.
Hay clubes de Segunda división B que hacen esto mil veces mejor, no parece tan difícil. El Rayo no es solo un equipo de fútbol, sino un símbolo que representa una serie de valores. Otros clubes de idiosincrasias parecidas, como el St Pauli lo saben, y lo aprovechan.
8. Crecer como institución
El séptimo propósito lleva al octavo. El ascenso es importante, pero eso solamente no te hace crecer. El club se centra demasiado en el primer equipo y en el ascenso, y eso no es bueno. Tapa otros errores, es verdad, pero no es bueno. Es hora de cambiar en pos de un club serio digno de Primera división.
9. Mayor transparencia
El club debe abrirse a sus aficionados. La transparencia es buena, la verdad es sana. No más juntas tarde y sin prensa, no más secretismo, no más oscuridad. Es muy difícil, mucho, pero algún año esto tiene que cambiar. ¿Por qué no en 2018?
Quimera. Suena a ello, pero por intentarlo que no quede. El Rayo Vallecano mueve a muchas personas y mueve muchos sentimientos, es de justicia que los responsables de dirigir la nave sean consecuentes con ello.
10. Mejora de la relación con la prensa
En Primera división todo es muy bonito. Los grandes medios del país dedican muchas más páginas al Rayo y todo interesa mucho más. Pero en Segunda, solo unos pocos siguen al pie del cañón. No es justo que a algunos medios se les ponga trabas. El trato debe cambiar, el trato debe mejorar, porque los aficionados tienen derecho a recibir información de calidad sobre su equipo. Porque los aficionados son los perjudicados al fin y al cabo.