No cabe duda de que Adrián Embarba es uno de los fijos del once en este “nuevo” Rayo Vallecano. Decimos “nuevo” porque hace 4 partidos Míchel cambió el sistema y con todo ello siguió confiando en el extremo madrileño. Su buen rendimiento tanto ofensiva como defensivamente le convierten en uno de los jugadores con mayor continuidad en cuanto a minutos y nivel de juego en la temporada. Sin embargo, últimamente el canterano suele ser el primer cambio del técnico rayista: en 3 de los últimos 4 encuentros ha sido el primer sustituido.
En una formación tan específica y especial como es el 5-2-3 o 3-4-3, es decir, 3 centrales, dos carrileros, dos mediocentros y 3 atacantes, Embarba se ha convertido en indispensable en la banda derecha de Vallecas. Su velocidad arriba y su capacidad de sacrificio aportan mucho en la nueva estrategia planteada por Míchel. Tal vez ese desgaste sea el motivo por el que el canterano está siendo la primera opción para ser sustituido.
En 3 de los últimos 4 partidos, ante Levante, Valladolid, Celta y Real Sociedad, ha sido el primer elegido para ceder su puesto a un compañero de refresco. De hecho, se puede decir que fue la primera opción en los últimos cuatro, porque aunque contra el Levante técnicamente fue el segundo cambio, el primero fue obligado por lesión (de Álvaro García). Además, todo parece estudiado ya que los momentos coinciden: todos entre el minuto 60 y el 70.
El motivo seguramente sea buscar piernas frescas de cara al tramo final del choque, ya que sus sustitutos más habituales son Bebé o Alvaro García. La excepción fue el día que fue cambiado por Trejo, ante el Levante, porque Míchel buscaba más consistencia defensiva para aguantar el 2-1 que campeaba por aquel minuto 70 en el marcador y que a la postre sería el resultado definitivo. Un partido clave en el que empezó a cambiar el guión de este Rayo.