Ismael Urzaiz es una leyenda del Athletic Club que militó en las filas del Rayo Vallecano durante una temporada. En Union Rayo hemos tenido la oportunidad de entrevistarle para comentar la previa del encuentro de la franja y hablar del futuro de Andoni Iraola, al que se le relaciona con el conjunto vasco.
¿Qué recuerdos guardas de tu etapa en el Rayo?
Tengo recuerdos agridulces de mi paso por el Rayo. Por un lado, pude disfrutar de un equipo especial en Madrid donde todo está focalizado a Atlético de Madrid y Real Madrid y el Rayo tiene tirón y tiene fuerza. Es un club que es muy simpático y cae muy bien. Aquella temporada fue agridulce porque no logramos mantener la categoría.
“Creo que para los que somos de aquí y queremos lo mejor para el club tiene que ser uno de los nombres señalados en la agenda para sentarse en el banquillo del Athletic”
¿Cómo fue para ti compartir vestuario con Hugo Sánchez?
Yo a Hugo ya le conocía de mi etapa en el Madrid. Estoy de acuerdo contigo. Creo que hay un paralelismo entre la llegada de Hugo Sánchez y la de Radamel Falcao al Rayo Vallecano. Son dos jugadores muy experimentados. En aquel año Hugo venía desde Austria, pero no se le había olvidado hacer goles. Pese a la llegada de Hugo Sánchez no pudimos salvar la categoría. Este año es diferente en cuanto a paralelismos del equipo. En aquel año, estuvimos la mayor parte de la temporada en puestos de descenso y yo, este año, veo al Rayo sólido y es posible que igual en unas jornadas empiece a acusar el desgaste que conlleva estar en esos puestos, pero tiene todos los condicionantes para hacer una temporada remarcable.
¿Crees que le puede pesar la presión de estar en los puestos altos de la tabla?
Es una presión apetecible. En el fútbol, la presión, es un elemento con el que hay que convivir y en este caso es una presión deseada por todos los integrantes del Rayo Vallecano. Es muy difícil entrar en puestos europeos en la Liga española, pero por lo que veo yo creo que va a tener opciones de estar ahí.
¿Qué es lo que más te llama la atención del juego del Rayo?
El Rayo es un equipo con mucha sincronía. El avance defensivo y ofensivo es muy bueno. Es un equipo muy alegre y que quiere el balón. Arriba tiene jugadores muy validos como Falcao o Guardiola e inclusive los jugadores de las bandas. A mí, personalmente, me gusta mucho Trejo. El equilibrio que tiene el equipo es muy bueno y por eso están donde están. El año en segunda sirvió para apuntalar el equipo y este año la máquina ha funcionado muy bien.
¿Por dónde le puede hacer más daño el Rayo al Athletic?
Vallecas es un campo especial con respecto a los de más campos de primera. Tener unas dimensiones más pequeñas con respecto a los demás campos y el césped, aunque está bien, es un aspecto que tienen que mejorar. Es una condición indispensable para que el modelo de LaLiga sea vendible a todo el mundo. Son partidos en los que las segundas jugadas cobran mucha importancia porque en cualquier rechace puede haber una jugada de gol. La afición del Rayo también se deja notar y eso lo utiliza el equipo muy bien pero, sin olvidarnos de que juega muy bien al fútbol. Cuando juegas bien al fútbol generas ocasiones. El Athletic es un equipo que defensivamente es muy fuerte y que le gusta correr a la contra. En este tipo de escenarios es un poco más difícil plasmar su juego.
¿Te sorprende el trabajo de Iraola como entrenador?
No me sorprende el trabajo que está haciendo Iraola en el Rayo. Yo lo conozco muy bien porque ha sido varios años compañero mío. Cuando empiezas en el fútbol profesional, como entrenador, sabes la dificultad que existe en lo que está logrando Iraola. Los que lo conocemos sabemos de su pasión, pero sobre todo, de su capacidad para analizar. Hace dos años le vimos en Miranda con un equipo de Segunda y con poco presupuesto eliminar a equipos de Primera. Disfrutadlo en el Rayo el tiempo que podáis porque es un entrenador destinado a grandes cosas.
¿Ya le veías como entrenador en su etapa como jugador?
Yo veía cosas que sí que me indicaban que iba a ser entrenador. Le hablabas de cualquier jugador y les conocía a todos. Es de una generación diferente a la mía. Yo soy un poco más mayor pero tuve la suerte de coincidir bastantes años con él ya que subió al primer equipo bastante joven. Hay jugadores que sí que se les puede ver que son buenos entrenadores. Le apasionaba el fútbol y tenía una gran capacidad analítica. De una persona analítica y reflexiva que también se ha visto beneficiado por las experiencias en el extranjero que tuvo en el final de su carrera deportiva. Es un muy buen técnico con un presente muy bueno y con futuro.
“Es muy difícil entrar en puestos europeos en la Liga española, pero por lo que veo yo creo que va a tener opciones de estar ahí”
¿Crees que su futuro está en Bilbao?
Creo que para los que somos de aquí y queremos lo mejor para el club tiene que ser uno de los nombres señalados en la agenda para sentarse en el banquillo del Athletic. Por su conocimiento del club y por la capacidad que estamos viendo que tiene para el fútbol de alto nivel. Es un club que conoce a la perfección. No sé cuándo, pero estoy seguro que entrenará al Athletic.
¿En Bilbao se confía en Marcelino?
En el fútbol es todo muy efímero. Marcelino, ahora mismo, es el entrenador que ha llevado al equipo a cuatro finales. Llegar a finales es muy difícil, últimamente. Es un entrenador de prestigio que termina su contrato a final de año y no sabemos lo que pasará. Esta directiva termina su mandato y en fútbol todo cambia y se decide rápido. No se las ideas que tendrán los que lleguen pero Marcelino está haciendo bien las cosas.
¿Iraola es una baza clave en las elecciones?
Yo esto lo digo con todo el respeto. Iraola es un entrenador de Primera División que no sé cuándo pero vendrá al Athletic. Los caminos de Iraola y el Athletic están predestinados a juntarse.
¿Cómo llega el Athletic al partido?
Si por algo se caracteriza este equipo es por su moral. Es un equipo muy competitivo aunque no es el escenario ideal para su juego porque Vallecas es un campo muy complicado. Va a ser un partido muy competitivo y no va a ser fácil para ninguno de los dos equipos llevarse la victoria.