Paco Jémez siempre se ha caracterizado por ser un entrenador con una idea de juego muy ofensiva en la que la especulación no tenía cabida y en la que se volcaba en ataque sin miramientos.
Sin embargo, esta temporada parece haber modificado su estilo en el Rayo Vallecano. Así lo dicen los resultados. Y es que el conjunto franjirrojo ha marcado cinco goles y tan solo ha encajado tres en los últimos siete partidos. Y en el computo general la cosa está así: 32 goles a favor y 27 en contra.
Estos datos muestran que los partidos del cuadro de Jémez se han convertido en partidos muy igualados, de pocos goles, y donde la posesión ya no tiene tanta importancia. Algo que contrasta con lo vivido en otras temporadas, en las cuales los choques del elenco rayista eran frenéticos y de muchos goles.
Ahora vemos un equipo mucho más consistente en defensa y que deja muchos menos espacios. Seguramente esto venga condicionado por la categoría, ya que es muy igualada y cualquier detalle marca la diferencia.
De hecho, el propio entrenador canario admitió el pasado domingo tras el encuentro ante el Mirandés que “tener la posesión en un campo como Anduva es imposible y que ni se le había pasado por la cabeza”.
Atrás quedaron los intercambios de golpes y las goleadas (a favor o en contra) a las que nos tenía acostumbrados el Rayo de Jémez de Primera División. Actualmente, el conjunto de la franja se caracteriza por tener más fiabilidad defensiva y más organización sobre el terreno de juego.