Después de la expulsión de Santi Comesaña que dejaba con un jugador menos al Rayo Vallecano, la tensión aumentaba en el partido de la jornada 30 ante el Granada. Andoni Iraola fue la máxima expresión de esa alta tensión y el resultado fue una segunda amarilla que le impidió ver el final del partido desde el banquillo.
Poco después de la roja a Comesaña los gestos y gritos del entrenador vasco del Rayo Vallecano fueron en aumento. En juego estaba la primera victoria del año para el equipo y no quería que se le escapase. Vio una tarjeta amarilla por esa tensión y cuando le pidió a un jugador que se echase al suelo, el colegiado le enseñó la segunda y el camino al vestuario.
No es la primera vez que Iraola se cruza con Hernández Hernández. En el partido contra el Valencia, próximo rival donde no podrá estar el técnico, ya habló sobre su actuación después del partido. Esto decía aquel día Iraola: “Hablamos del árbitro porque son jugadas decisivas. Los partidos se definen por esos detalles. Me estáis preguntando porque han sido jugadas que han decidido el partido”