Soportable, más que soportable. Así fue la derrota del Rayo Vallecano el pasado domingo frente al Sevilla. Así lo hacía saber Paco Jémez al término del partido. La fría mañana vallecana contrarrestaba con el ambiente que se vivía en los aledaños del estadio. Cánticos de hermandad y “buenrollismo” por doquier iban ejerciendo de aperitivo de lo que iba a ser un choque apasionante.
Nervios, tensión, emoción, intensidad, y sobre todo fútbol, ese que demostró el Rayo Vallecano a lo largo de la segunda parte. Derrota, si, pero hay maneras y maneras de salir perdedor. Los de Paco Jémez optaron por la vía más romántica del sentir del derrotado, esa que te hace salir satisfecho del estadio por ver que lo presenciado ha sido bello.
Impensable si nos remontamos a los primeros minutos del duelo. Unos minutos en los que el Sevilla ejercía de martillo pilón. El gol de Bacca hacía presagiar una mañana nefasta, de esas que intentas borrar rápido de tu disco duro interno. Sin embargo, el Rayo Vallecano tenía preparada una agradable sorpresa en forma de caviar futbolístico. Exquisito, así se puede considerar el segundo acto del cuando franjirojo. El hecho de ver cómo un todopoderoso cómo el Sevilla salía airoso por tablas de Vallecas es un regalo. Quizás pueda pecar de conformista, pero la sensación con la que salí el pasado domingo de Vallecas es aquella similar a la que pueda sentir un niño de seis años que ha soñado con Papa Noel.
Al término del partido, pude comprobar que mi visión coincidía con la visión del hincha. Eso me dio algo de tranquilidad, ya que todavía andaba dudoso por el hecho de creer que había magnificado la actuación rayista. Pese a todo, 0-1 y los tres puntos que se esfumaron del santuario vallecano. Son ya cuatro los equipos que han conseguido obtener el máximo botín de la barriada madrileña. Sin duda, e ahí el gran déficit de un equipo que poco a poco va siendo ese que reconocemos por su fútbol e intensidad.
La temporada sigue su curso, tres envites en el horizonte antes de dar la bienvenida a 2015. Tres partidos que pueden ser de vital importancia de cara al devenir de la temporada. Tres partidos para consolidar sensaciones, para dar cobijo a la medianía de la tabla cómo zona confortable, pero sobre todo, tres partidos en los que el Rayo Vallecano ha de consolidar su condición de caballero, una distinción tan difícil de conseguir cómo próxima a la realidad tras los últimos acontecimientos.
Antonio Morillo (@AMorillo17)